lunes, 26 de diciembre de 2011

Engaño (6/??)

Bien, he tardado, feliz navidad *atrasada gomen*
Agradezco su paciencia, este fic sigue siendo una colaboración, así que este capi me tocaba  a mí, goemen por el retraso
 Keii debe derramar miel de ternura (?)


Capítulo 6

Estaba sin palabras, Koyama era tan… directo, pero eso me pareció bueno, o eso creo, estaba confundido, lo poco que pude apreciar de tan repentino beso fue verdaderamente genial, era alguien dulce, pero era tan raro, encontrar a alguien así de rápido, que dice amarme no es común, además Tomohisa… ¡Ryo deja de pensar en ese chico!

-Koyama… eso es…

-No importa, por ahora déjame intentarlo ¿Si?

No podía contestarle, Tomohisa ¿Qué digo? ¡Estúpido Ryo!, tú ya no le importas a ese tipo. ¿Qué debo hacer?, no quiero… no quiero enamorarme, me dolerá de nuevo, no quiero llorar ni sufrir por alguien, él… él sólo tiene en común el odio a Yamashita… aunque no estoy seguro de que yo le odie, pero no quiero, me dolerá…

Koyama me tiene de la mano, yo le veo y no soporto verle derramar aunque ya escasas lágrimas, yo… no puedo, soy demasiado tonto para lidiar con esto, las lágrimas no son lo mío, jamás he soportado a alguien así.

Además ese chico que tiene esa fijación por Koyama me da miedo, ¡Si yo soy un cobarde! ¿Algún problema con eso? Al fin puedo desviar mi mirada de Koyama…

-Lo siento yo…

-Vete si quieres, yo no me rendiré.

-Yo…

No pude decir más, soy un autentico estúpido, pero ¿Qué más podría haber hecho en esa circunstancia? Mi única experiencia había salido mal, yo… yo no sé como fue posible, sólo sé que soy alguien dependiente de los demás sin sentido de supervivencia propio.

Estoy caminando, solo, el parce no haberme seguido ¿Me entenderá? ¿Tan considerado es?, no lo sé, a decir verdad no sé muchas cosas, hoy el día esta soleado para mi sorpresa,  empiezo a correr como idiota a mi departamento, estoy seguro de que Koyama no me seguirá, porque el tiene que trabajar, si el todavía tiene que regresar.

La gente se aparta milagrosamente y no estorba, eso es bueno, no estoy muy seguro de a donde queda mi casa pues nunca había ido por ese rumbo.

Al fin veo un señalamiento conocido, estoy aún lejos ¿Debería tomar un taxi? No, no traigo la cartera, bien pensado Nishikido sal a la calle sin un céntimo para si quiera un taxi… o algo de comer, el helado estuvo bueno y yo no lo pague, pero no es suficiente y tras correr se apetece agua o algo liquido, el helado fue lechoso.

Sin embargo, si no tengo nada no se pude hacer nada, así que sólo queda correr, y eso hago corro por las calles concurridas,  llego a una calle que es cercana a mi casa, ya casi estoy ahí y estoy que muero, debo comer mejor.

Las llaves andaban escondidas en mi pantalón y como estúpido estaba retorciéndome en frente de la puerta tratando de sacarlas de ahí, al fin pude y abrí la puerta, estaba todo normal ¿Por qué yo sentía que algo tenía que cambiar?

Me senté en el sillón de mi casa  y me puse a pensar en Koyama, no tanto por aceptar salir con él, no es que me diera asco, él era amable y hasta cierto punto raro, pero me daba una mala sensación intentarlo… además ese chico…

No era normal la aparición de alguien así con esas confianzas. ¿O sí lo era?

No comí nada, el hambre se había esfumado, así que me quedé dormido, esperando, no sé que pero esperando algo, quizás una señal.

Y la señal fue la alarma de mi móvil al día siguiente, indicándome que tenía que ir a trabajar, me levanté y me fui a bañar, había olvidado de hacer varias cosas, como hacer la compra y cosas así me di cuenta pues ya casi no tenía jabón, mientras me bañaba los recuerdos del día anterior regresaban, en especial el rostro de Koyama llorando.

Sacudí mi cabeza tratando de quitarme ideas de la cabeza, apreció funcionar y me arreglé para ir al trabajo,  no pasé a desayunar pues se me hacía y tarde, me encaminé al trabajo, pensando en ¿Cómo debería actuar? ¡Dios! ¡Parezco una chica enamorada!

Al legar al trabajo todos me voltearon a ver, no les entendía,  si me ven a diario ¿Qué tenía hoy?

Ahí estaba, revisando unos documentos… su  cabello reflejaba los pocos y aún muy bajos destellos del sol de la mañana que entraba por su ventana, alzo la vista y se encontró con mi mirada, yo otra vez no sabía que hacer, pero el tenía su acento amable y actitud de siempre:

-Buenos días, Ryo

-Buenos días, Koyama-san.

Expresión de asombro general, al oírlo decir mi nombre. El me miró algo mal, ¿Tenía yo que llamarlo por su nombre también?

-¿Cómo pasó el día ayer?

Otra exclamación de sorpresa.

-Eh… bien, gracias, le agradezco lo de ayer.

Sonrió y me indicó mi trabajo de ese día, mucho más sencillo y tedioso que el de los demás, pero e alegro en cierta forma, todo iba bien, tal vez y él no era malo, tal vez yo… tal vez debería darle una pequeña oportunidad.

Eso penaba hasta que llegó a la oficina el chico al que llamó Shigeaki.


viernes, 23 de diciembre de 2011

¿Siempre será así? (23/23) Capítulo final

Gracias a todas, gracias de verdad, no sé s esta bien terminado, no lo sé, pero creo que bueno... ustedes lo juzgaran
Mi espera hacer más fics, de varias parejas, *Pero jamás olvidaré amis TegoMass* disfruten ste último capítulo, con mucho cariño a todas.



Capítulo final

Desconozco el tiempo que en que estuvimos dormidos y abrazados. Pero si sé que cuando desperté me apuré a vestirme, no era muy apropiado que me viese así quien sea, aunque ahora que lo analizo… tal vez si nos llegaron a ver, Tegoshi dormía plácidamente, estaba pálido pero la sonrisa que el vi antes de quedarme dormido seguía igual, le sonreí y me senté en la silla donde ya había pasado noches enteras,  me quedé en silencio tan sólo observándolo.

Al día siguiente Tegoshi tenía mucha energía, sonreía y reía con ganas, Akanishi y Yamashita vinieron y se la pasaron muy bien,  me gustaba mucho el sonido de la risa de Tegoshi.

Pocos días después vinieron a verlo Nakamaru y Ueda, mi novio se llevaba mejor con Ueda así que mi compañero de curso y yo los dejamos solos en ese cuarto mientras íbamos a caminar…

-Masuda…

-¿Qué pasa?

-Te notas muy feliz, pero mal.

-¿A qué te refieres?

-Sonríes, tu aura es de felicidad, pero tu cuerpo… ¿Hace cuanto que no comes ni duermes bien? ¿Cuánto tiempo tiene que no vas al campus? ¿Cuánto tiempo tiene que si quiera piensas en ti, y en tu propia salud?

-Es verdad, tiene mucho…

-Masuda, no esta bien lo que haces, cuídate tú también, con suerte y no tienes lo mismo que él, pero si podrías enfermar.

No le quise decir que seguramente tenía ya lo mismo que él, sólo sería preocuparlo, sólo traté de cambiar de tema, la escuela, las clases eran un buen ejemplo.

-Bueno, respecto a eso estamos dedicando casi todas las clases a lo del concurso, pero dime, ¿Ya tienes tu foto?

-¿Eh?

-No has pensado si quiera en eso ¿Verdad?

No le contesté, porque tenía razón, yo no pensé en que tenía un concurso pendiente, yo simplemente no lo pensé, me quedé en seco y recordé mi categoría escogida por quien yo amo ‘Lo que más quiero proteger’, en ese momento no tenía idea de que fotografiar, ahora si… pero ¿Sería lo correcto?.

-Tienes tiempo para pensarlo –me animó, pero yo ya andaba en otro rumbo.

Siguió su curso el tiempo,  había días en que Yuya desbordaba vitalidad y días en que ni siquiera podía hablar, abrir los ojos y hasta respirar era una tarea que exigía mucho esfuerzo, no recuerdo ya cuantas veces lo vi convulsionando, delirando, llorando, sufriendo, pero siempre volvía la sonrisa, las relaciones con las enfermeras y varios doctores fueron siendo de amistad, salvo con su horrible inmunólogo, que no mostraba ni tantita solidaridad ni esperanza, era como siempre frío y grosero, sin embargo no importaba mucho, sólo obedecíamos lo que él nos decía para poder estar en paz.

Un día nublado la madre de Tegoshi nos avisó que tenía que irse a Hokkaido, a preparar no sé qué, yo pensé en qué podría ser pero no lo quise decir, Maki se quedaría en la ciudad pero para ver su ingreso a la universidad, había perdido un año y deseaba recuperarlo, tampoco quise saber porque ella perdió un año de estudios, sólo acepte como siempre las palabras que decían, me quedaría solo con Tegoshi un tiempo.

Empezó a llover.

-El cielo esta triste –Dijo.

-¿Qué quieres decir? ¿Tienes fiebre?

-No.

Me dirigí a él, le abracé y bese la frente, todo con delicadeza, cada vez él era más frágil, como si se fuese a romper  si yo le tocase.

-Taka…

-Dime

-¿Qué pasaría si yo desapareciese del mundo?

-¿Eh?, no digas eso.

-Quiero saberlo.

-Bueno yo…

-No contigo, creo que tú te deprimirías mucho, pero creo que el mundo… seguiría igual, los chicos están haciendo su vida, mi familia creo que ya lo espera, pero en sí el mundo seguiría, lo que tiene que pasar, pasará con o sin mi presencia, ¿Es increíble no?, venimos al mundo, nos paseamos un tiempo por aquí y te mueres, nunca disfrutas al 100% de todo lo que quieres.

-Yuya…

-¿Llorarás?

-¿Eh?

-Creo que eso no se pregunta, pero ¿Llorarás cuando mi corazón deje de latir?

Su mirada era seria, su expresión me daba a entender que si quería oír una respuesta en ese instante, la respuesta era obvia, no tenía que preguntar para saber que eso, pero bueno supongo que es reconfortante que te lo digan, nunca había pensado en eso… pero quizás él si pues… no quiero pensarlo.

-Yuya, eso es obvio ¿No crees?

-Si, tienes razón, es obvio, perdona, se muy bien que no derramarás ni una lágrima.

-¿Eh?

-Yo voy a morir, no falta mucho, lo sé, y no quiero que derrame sin una sola lágrima, se que no lo harás ¿Verdad?

-¿Por qué? Estaré más triste que nadie, llorar es inevitable, no me pidas eso,  no creo que pueda no llorar, ¿Por qué no quieres que llore?

-No es que no quiera, es que no llorarás.

Bien, ¿Volverse loco es parte del SIDA o la Leucemia?, mi novio parecía estar hablando muy en serio, pero era imposible, me lo decía con seguridad, como si supiese que así iba a ser, pero yo no le entendía para nada.

-No te entiendo.

-Cuando era niño escuché una canción que no entendía-¿Cambió el tema?

-¿Ah?

-A penas y recuerdo quien los decía, pero recuerdo que no los entendía, hoy que ya soy más grande lo pienso y lo entiendo.

-¿Eso que tiene que ver?

-Por eso Taka-chan, cuando muera no llores, sonríe, mira el cielo y sonríe, este el sol o las nubes, este la nieve o la lluvia, sea de noche o de día, mira el cielo y no llores, si es de noche mira las estrellas, cuéntalas, si es de día, mira el sol o las nubes, descubre y disfruta su hermosura, ríe, piensa que así yo también sonrío, odio esta enfermedad sólo porque te hace sufrir a ti también, por eso si muero, no te sientas sólo, si muero, no llores, si muero hoy, mañana, la próxima semana, mira el cielo en la noche, en esos momentos sonríe, que yo sonreiré también…

El ya estaba llorando.

-No puedo decirlo de otra manera, te agradezco todo Taka, te agradezco tu presencia, te agradezco tu amor, te agradezco todo lo que has hecho por mí, Taka, sé que no falta mucho…

-¡No hables así!

-‘Si mañana yo muriese, no llores, y mira el cielo, ¿Estas sonriendo? Estoy allá arriba, si estoy a tu lado, Si yo muriera, contempla las estrellas de la noche, ¿Estas sonriendo verdad?, Ese soy yo, vamos a sonreír juntos, y mira, después de todo no estés triste’

Lo cantó, recuerdo esa canción, la solía cantar mi madre.

-Yuya, eso…

-No moriré tranquilo si no sé que no llorarás, promételo, no derrame sin una lágrima, mira el cielo, al fin entiendo la canción, hazle caso, por favor… -El ya estaba llorando, pero se aferro a mi ropa con toda su fuerza para pedírmelo, yo no sabía que decirle, esa canción no sólo la conocía, mi padre escribió esa canción para mi madre, y ella la cantaba.

-Esa canción ¿Cómo la conoces?

-La escuché cuando niño, de una amable señora, no recuerdo quién es, tenía siete años cuando la escuché por primera vez. Pero…Taka ¿Lo prometes?

Yo conocía como la palma de mi mano esa canción, sabía su significado, lo comprendía, Tegoshi… mi Yuya, creo que te entiendo.

-Lo prometo…

-Gracias.

Le besé y cambiamos de tema hasta que el me dijo que estaba cansado y se durmió.
Seguían pasando días enteros, muchos habían perdido la paciencia, sólo mandaban mensajes, ya ni siquiera llamadas, pero en parte se los agradecía, así yo podía estar más tiempo con quien más quería.

Una vez el me preguntó que si me arrepentía de haberlo conocido, claro que no contesté, y el antes de contestar, perdió el conocimiento.

Había días de sol, había noches frías, y también momentos muy desagradables. Ese día todavía lo recuerdo, nunca desaparecerá de mi mente, ese día, esa tarde, con esa forma de decir las cosas, fue tan directo y tan amable al mismo tiempo, sigo creyendo que fue muy gentil de su parte…

-Gracias –dijo tras un muy buen rato de no hablar.

-¿Por?

-Por todo…

-¿Ah?

-Se acabó, gracias, es hora, no llores, yo…

-¡Espera!

Corrí a mi mochila, al fin lo entendí, saqué muchas cosa que ya había usado, cepillo de dientes, cepillo, ropa, muchas cosas, no sé que buscaba hasta que lo vi, ellos lo habían puesto ahí, era un sobre, lo abrí, era la hoja de inscripción al concurso. La leí toda, reconocí su letra ‘Lo que más quiero proteger’, eso era…

Le miré y sonreí, el me miró confundido, seguí buscando en esa mochila, sabía que la encontraría,  mi cámara. En cuanto Tegoshi la vio su expresión también lo hizo, me sonrió y me preguntó que qué haría con esa cosa en ese momento, yo sólo la prendí, verifiqué si todo estaba bien, tenía mucho que ni siquiera la tocaba, pero al estar en la mochila no tenía polvo, comprobé la luz y le pedí que sonriera, no entendió y se lo pedí de nuevo, esta vez captó la idea, mi intención de tomarle la foto, se acomodó un poco el pelo y sonrió como nunca, aún en su estado, con esa ropa, se lucía muy bien.

-Listo

-¿Qué fu eso? –Me preguntó.

-‘Lo que más deseo proteger’

No entendió y fue mejor para mí, así estaba mejor, pero repitió gracias, se acostó…

-Te amo Taka, jamás lo olvides.

Y cerró sus ojos para jamás abrirlos.

*Dos años después*

-¿No te cansas? Has viajado estos dos últimos años, me alegra que regreses pero…

-¿Qué?

-Hoy hace dos años…

-Lo sé. Por eso regreso.

Colgué el teléfono, estaba en el aeropuerto de Japón, estaba por fin de regreso tras viajar por ese premio de aquel concurso, le había hablado a Nakamaru para decirle, también porque al fin podía hacerle frente, me fui de viaje huyendo, no quería llorar, no le quería romper la promesa, estando en Japón seguro yo… bueno no sé, tal vez y no.

Su foto me hizo ganar, por alguna razón parecía que en la foto estaban dos ángeles, él y uno que tenía forma femenina, maternal… me recordó a mi madre, era un efecto de la luz y del lugar donde estábamos entonces, pero para algunos era un milagro, a más de uno hizo llorar aquella foto, sonreí.

Tomé un taxi y fui a la dirección que me dio Ueda por correo hacía unos días.

Todos estaban ahí, Nishikido y Shigeaki, Akanishi y Yamashita, Ueda y Nakamaru, Tanaka y Kamenashi, la familia de Tegoshi también… todos me pidieron que les contase todo con detalle, yo no pude decir mucho:

-Al parecer soy más débil de lo que Yuya fue…

-¿De qué hablas? –Akanishi.

Le ignoré un poco y fui al altar que estaba para Tegoshi, me arrodillé, y le susurré ‘No he llorado, miré el cielo y jamás lloré, gracias’.

-Desde hace dos años tengo SIDA, y según mis últimos análisis y mi doctor me queda un mes de vida.

jueves, 22 de diciembre de 2011

¿Siempre será así? (22/23)

Si casi se acaba, los capis ducplicaron su tamaño ahora ewé!
Casi el último, mm me siento feliz. No se adelanten ideas ♥


Capítulo 22

No sé que me pasó esto obviamente jamás lo esperé, si sabía que se podía poner peor a cada momento, sabía que existía a posibilidad de que algo así llegase, simplemente ignoré tal cosa, no podía tatar de no aceptarlo, no podía con esa carga, simplemente imposible para mí, por mucho que quisiese, por mucho que deseara que no fuese así lo era, agradecía y maldecía al doctor por ser tan directo.

El médico se disponía a entrar a la habitación de la persona más importante para mi, seguramente le iba a decir todo, eso sería un shock, yo no podía permitirlo, de menos debía suavizarle la notica, prepararlo para eso… Detuve a doctor, este me miró con indiferencia, creo que yo estaba al borde del llanto… se compadeció conmigo, me dijo que esperaría diez minutos no más, que tenía cosas que hacer, se lo agradecí como pude y entré a la habitación Tegoshi sonreía…

-Yuya…

-¡Taka-chan!

Fui a reunirme en un ligero beso con él, no pude mucho, derramé una lágrima que él seguro vio pero ignoró,  le abracé, quería estar así siempre con él, protegiéndole, haciéndole saber lo mucho que le apreciaba y que lo apoyaría y estaría con él pase lo que pase. El debió sentirlo así, bueno eso quería que sintiese, que de verdad yo...

-Te amo

Yo lo dije, el se paralizó, era la primera vez que le decía eso, era la primera vez que me armaba de valor para decírselo, el tampoco nunca lo había dicho, pero yo lo sentía de verdad, tenía miedo de perderle, y eso era casi ya un hecho, no quería, quería aferrarme a su cuerpo, mantener su alama conmigo, quería mantener esa sonrisa, es perfume, esa sensación de querer a mi lado, era egoísta, pero yo quería que fuese así, de verdad lo anhelaba, de verdad quería estar siempre con él, debió sentir que algo no iba bien, tan persuasivo, o ¿Es que él mismo ya lo sabía?, no lo sé, tal vez sí, tal vez no, tal vez el creía que iba a mejorar.

-Taka-chan… ¿por qué escoges este lugar y momento?

-Porque puede que no haya otro lugar… -Lo dije para mi, no creo que me haya escuchado –Porque  es lo que siento –Ya dije con voz más alta y audible.

El me abrazó con un poco más de fuerza, era muy débil ¿cómo pudo ser así de rápido? Hacía tan sólo unos días éramos tan felices, hace tan sólo unos días éramos tan despreocupados, hace tan sólo unos días que yo era un ignorante, me sentí culpable, tenía que hablarle, explicarle, él no era un niño, lo sé pero si era una persona con sentimientos y emociones, no era su culpa, el no debió estar enfermo, el no debió… pero tal vez por eso nos conocimos, no se ni lo que pienso, no sé lo que pasa por su mente, quiero decirle algo pero como siempre estoy de cobarde e inútil y no digo nada, sólo estoy ahí parado, esperando que el tiempo pase, esperando alguna señal, debo decirlo, por su bien y por mi bien, por él, porque no quiero que ese doctor lo deprima como lo hizo conmigo, yo debía tratar de ser fuerte, yo era más amable, yo debía de serlo, tenía que sacar esas palabras de mi boca de una vez…

-Yuya, dime… ¿Por qué no te medicaste?

-No quiero vivir de falsa esperanzas.

-Pero… ¿No te matas lentamente así? ¿No quieres vivir más?

-No es eso

-¿Entonces qué es?

-Yo tomé medicamentos, me cuidé, quería cumplir varias cosas antes de... ya sabes, desde que contraje esta enfermedad yo… me mentalicé que no viviría mucho, que yo no podría terminar una carrera universitaria y ejercerla, de que nunca me casaría ni tendría hijos, -me miró y rio un poco –Bueno tampoco sabía que te conocería y que de ti me enamoraría, pero ese no es el punto, yo imaginé que no viviría…

-Yuya –Se me quebraba la voz.

-Lo que quería cumplir lo cumplí, terminar el instituto, ingresar a la universidad, conocer mucha gente, enamorarme y ser correspondido, compartir una habitación y tener vida de universitario son verdaderos deseos hechos realidad, yo lo cumplí…

-Pero…

-Cuando yo te conocí… supe que todo sería así, supe que podría cumplir todos esos propósitos y sueños, conocerte, enamorarme, ser correspondido, el poder amarte y tenerte para mí aquí y ahora, es suficiente.

-Yuya… –Yo lloraba en silencio, el sacaba lágrimas silenciosas y tímidas.

-Por en esos días dejé de medicarme y visitar al inmunólogo.

Le abracé como nunca, era alguien fuerte, un ejemplo a seguir, era alguien digno de ser llamado ‘Vida’,  respiraba entrecortadamente, tal vez lo atraje con mucha fuerza, pero recordé lo que tenía que hacer, ahora yo le admiraba más que nunca…

-Yuya…

-Dime Taka… -Tenía una sonrisa falsa, la notaba era tan falsa como que estábamos en Hawái viendo elefantes rosas.

-Y… ¿Si todo tiene que acabar ya?, ¿No te sentirías culpable de nada? ¿No quisieras vivir aunque sea una cosa más? ¿No crees que tal vez esto se acabe ya? Yo no quiero que eso pase, por ti yo… soy lo que soy.

-Si todo se tuviese que acabar hoy, ahora, o pronto, sólo me sentiría culpable de algo.

-¿De qué?

-De dejarte.

No pude más, me lancé a sus labios, fui bien recibido, como siempre hasta donde recordaba, se sentían salados y un poco secos, ¿Era por las lágrimas? ¿O era que el destino le succionaba la vida?, le abracé más fuerte, el tiempo se me acababa.

-Esto podría empeorar

-Lo sé, puedo contraer cualquier cosa y moriría sin remedio.

-¿Cáncer?

-Todo es posible, pero ya viví mi parte si así fuera, sólo me dolería dejarte.
Entró el doctor, el me miró frio, como diciéndome ¿Y a qué hora piensa dejarme hablar?, le quise ignorar, pero también se tenía que saber.

Fue directo, sin pelos en la lengua, Tegoshi bajó la cabeza y le pidió que se fuera, este obedeció, sólo yo me percate de su llanto, y lo único que pude hacer era consolarle con besos en la frente.

Los siguientes días eran sin sentido prácticamente, no se podía hacer mucho más que esperar lo inevitable, no quería pensar ene so, pero ni siquiera podían intentar salvarle… moriría por el fuerte y riguroso tratamiento, y yo no quería verlo sufrir de esa forma.

Los chicos ya n estaban a diario, sólo venían en horario de visitas y no todos, sólo Nakamaru y Ueda, o Yamashita y Akanishi o Nishikido y Shigeaki, ya no venían con esperanza, sólo yo… pero era en lo único en lo que podía creer, Tegoshi se mostraba muy alegre, positivo, veía cualquier cosa interesante, que los chicos nos contasen cualquier cosa le emocionaba, o que su madre llegara y le dijera alguna cosa de nada como ‘Voy a comer’ era motivo de interés para él. Recibir mensajes de su padre, también lo animaba, lo poco que platicaba con su prima lo hacía sonreír, y yo no podía hacer nada, aunque el me veía y me besaba yo no era capaz de sonreír con facilidad.

Fue terrible.

Fue duro.

Habían pasado ya dos largas semanas desde entonces, dos semanas duras y dolorosas, pero él mantenía su sonrisa, le admiraba, las veces en que perdía el conocimiento, en que sangraba sin motivo, en que le dolía algo, e que no quería comer aumentaban, muy a mi disgusto, pero yo seguí siendo inútil, pero él me quería ahí con él y yo… necesitaba estar con él.

Un día su madre y su prima habían ido a comer, ellas ya también lo parecían haber aceptado, los chicos no habían ido avisando de la temporada de entrenamientos y cosas de ese estilo, estábamos solos, el me miró.

-¿Qué sucede?

-Me preguntaste ese día…

-¿Qué?

-Que si no quería vivir algo más.

-Ah... si.

-Si la hay

-¿Qué es? –Me fui directo a él, manteniendo una distancia muy corta entre ambos.

-No es nada, es algo egoísta.

-Más egoísta soy yo.

-¿Por qué dices eso Taka-chan?

-No quiero aceptarlo Yuya

El se quedó en silencio, se sentó en la cama, y se hizo a un lado dejando un espacio considerable en la cama, me invitó a sentarme ahí.

-¿Hace cuanto que no duermes ni comes bien?

-No lo sé.

Por que él dijo me fui con él a sentarme, cabíamos bien en la cama no era tan incomoda como pensé, o tal vez era que yo no había descansado bien en bastante tiempo.

En cuento estuve acomodado con él, nos abrazamos y le di un beso, el me correspondió débil pero dulcemente, le besaba, quedamos de alguna manera acostados, cuidé que él estuviese sobre mi par ano lastimarlo, lo sentía tan frágil que no permitiría que nada ni nadie lo llegase a dañar, el era mi tesoro, mi único anhelo.

El beso sin querer se intensificó, era cómodo estar así y reconfortante, así me olvidaba de que… bueno muchas cosas que no quería recordar en ese momento, sólo existíamos él y yo. Nada más importa. Nada más vale que nosotros mismos. Somos dos almas y dos cuerpos, pero parecemos más unidos que nunca que bien podríamos ser uno solo. Estar juntos en ese nivel, yo sé que peligroso es para mi, y quizás para él también, es listo se da cuenta de lo que pretendo.

-Taka-chan…

-¿Eh?

-No debes…

-Pero…

-Me odiaría si eso pasa.

-No te odies, es algo que yo quiero.

Le besé para callarlo, comprendí al fin que eso era lo único que podía hacer, quizás era tonto pero era mi única opción, si soy un gran tonto, ¿Quién va y haría eso en su sano juicio? Yo, no pienso que me mataría, no quiero que se odie, sólo quiero demostrarle mi amor, quiero demostrarle que le amo, es todo, eso no puede ser malo.

-Taka… yo no quiero que tú…

-Calla… -Metí mi mano en el camisón de hospital que portaba, no me importaba ya –Si es algo que yo quiero esta bien ¿No?, quiero decírtelo, quiero demostrártelo.

-No… por favor para…

-¿No quieres?

-Si quiero… pero meterte en esto…

-Ya lo has dicho, deme decirte ‘Te amo’ a una manera distinta… ¿Me dejarás?

-Taka… me arrepentiré seguro… pero –Derramo una lágrima- yo también quiero decirte ‘Te amo’

No necesité más, me quité poco  apoco mi ropa, las sabanas estaban tibias, le besaba con dulzura y cuidado, estaba cobre mí, no dejaría que nada lo lastimase, nunca, mientras yo pudiese lo cuidaría.

Nunca me había visto él así, ni yo me conocía, pero le amaba, y así se lo demostraría, tanto el como yo teníamos un sonrojo en la cara, muy marcado, incluso en sus pálidas mejillas ese sonrojo me pareció lo más precioso del mundo, le besaba con tranquilidad y dulzura, no había prisa de nada.

Poco a poco me acariciaba con más deseo, con más seguridad, agradecía haber andado tanto, su peso no significaba nada para mí, era como tener una pluma, un pequeño tesoro, mi tesoro, mi chico, a quien más quería en el mundo.

Le quité el camisón con cuidado, su cuerpo era hermoso, aún en ese terrible estado para mi era lo mejor del mundo, aún cuando me aprecia que el recuperaba vida, yo sabía que no era así, pero yo le haría sentir más vivo que nunca.

Las caricias que me daba se concentraron en mi miembro, el estaba ansioso, lo había logrado prender, me puse un poco feliz después de mucho tiempo.

Le besaba y mi erección se marcaba más, palpitaba, tenía calor ya, el también, sudaba.

El también ya necesitaba eso, yo lo anhelaba, sabíamos que iba a ocurrir. Le metí los dedos por esa entrada, no me permitiría lastimarlo mucho, el se estremeció pero luego gemía, decía mi nombre, yo debía el de el con gusto.

Nuestra posición cambió, esta vez yo seguía abajo pero ahora él estaba casi sentado sobre mi… faltaba poco para eso, ambos lo sabíamos…

-Taka… ¿Estas seguro?

-Te amo Yuya, lo que importa ahora es eso, no pienses más.

Con cuidado se dejo caer, yo lo sostenía, se sintió bien, el gimió y dijo mi nombre, yo marcaría el ritmo aunque lo tuviese que cargar.

Así fue, se puede considerar un dulce y placentera danza, así quería que siempre fuese, así lo quería, así tenía que ser, yo le amaba, con todo el corazón, amaba a quien me hizo vivir, amaba a quien me hizo comprender y hacer muchas cosas, amaba a quien me animó con lo desconocido, amaba a quien me levantó de la penumbra sin que yo se lo pidiese, amaba con locura a quien ahora sufría, amaba como pretendía que era amar a alguien especial, amaba  Tegoshi con el alama, amaba  mi Yuya, quien por un extraño milagro también me amaba.

No se cuantas veces me metí y salí, cuantas veces gimió mi nombre, ni cuantas veces le dije ‘Te amo’ al oído, tampoco si alguien nos había escuchado. Acariciaba su miembro también, quería satisfacerlo de todas las maneras posibles.

Pero si sé que ambos lo disfrutábamos.

El clímax se acerba, lo sabíamos, fue al mismo tiempo,  el se corrió en mi mano, yo dentro de él, sabía lo que significaba pero no me importó.

-Lo siento… ahora seguro tú…

-No, Yo lo quería así.

-Taka…

-¿Qué sucede?

-Esto era lo que me faltaba vivir.

Nos acostamos, cansados, sus ojos se cerraron pero en su rostro había una sonrisa.

¿Siempre será así? (21/23)

Mi no tiene mucho que decir, cualquier cosa puede ser spoiler u.u
AZT:Medicamento
C4D: Nivel de células de inmunidad
*más detalle en inter*
Gomen!


Capítulo 21

Soñé que todo estaba bien, soñé que Tegoshi comía conmigo en un buen restaurante, soñé por tan sólo unos momentos que vivía tranquilo, sin problemas, soñé que todo era normal, obviamente era un truco de mi ente para escapar de la realidad que me había propuesto enfrentar, pero que no estaba seguro de poder afrontar.

Me despertaron de esa idea Nakamaru y Ueda, estaban con cara de preocupados y tal vez también un poco avergonzados de si mismos, me informaron que Yamashita-kun había llamado, en verdad me espanté ¿Qué podía haber pasado en el poco tiempo que sentía que me fui?, sólo habían sido unos momentos, no era posible que algo malo ocurriese, no … más bien era muy posible que muchas cosas salieran, el SIDA no mata, te debilita cobardemente para que llegue otra cosa y esa si te mate.

-Lávate la cara y cámbiate… -Me dijo Ueda.

-Pero… no hay tiempo…

-Estoy seguro de que no pasará nada en ese tiempo, venías a ducharte ¿no? –Nakamaru.

-Pero me dormí, perdí tiempo…

-¡Masuda! –Dijeron los dos.

-¿Qué?

-Esta bien que te preocupes por Tegoshi-san pero cuídate tu también, te dejamos dormir porque seguro pasaste la noche en vela  ¿No es cierto?, eres alguien que tiene buen corazón, necesitas descansar, si Tegoshi supiera que no te cuidas por su culpa… ¿no crees que se sentiría triste?

Me quedé callado, Nakamaru dijo todo eso, también concordaba en que Tegoshi se preocuparía, concordaba en que me preocupaba mucho por él, pero… sólo eso podía hacer, tal vez Nakamaru ni Ueda lo entendían porque ellos no lo vivían directamente, pero… a fin de cuentas los obedecí… los obedecí porque no quería ver la cara de Tegoshi sintiéndose culpable,  lo hice desganadamente, me quería ir ya, me cambie por otro conjunto deportivo, esta vez era de color azul marino, me enjuagué la cara me sentí fatal, tenía sueño todavía, pero ya no había tiempo.

En una mochila Ueda y Nakamaru metieron cosas de aseo personal, un poco de ropa y algunas revistas:

-No esperamos ni sabemos que las llegues a utilizar, es sólo prevención.-Dijeron juntos.

Les sonreí, eran buenos amigos, ellos no tenían la culpa ni necesidad de estar ahí, pero sin embargo ellos ahí estaban apoyándome, ellos también se habían hecho amigos de mi novio, y se los agradecía, tomé y me puse la mochila al hombro, les sonreí y salimos del cuarto a toda prisa, las escaleras las bajamos más rápido que nunca y pronto ya estábamos tomando el metro para llegar al hospital, la espera es eterna, y hartante, pero no hay remedio.

Al llegar vimos sólo a mis vecinos, Nishikido y Shigeaki, antes no me percaté de su presencia, supongo estaba cansado, cuando me vieron su expresión mejoró, pero seguía siendo mala, les pregunté por Yamashita y Akanishi, ellos se habían ido a comer:

-¡Tardaste! –Dijo mi vecino Nishikido.

-Lo… lo siento

-Ryo-chan, dale un respiro, se ve cansado –Era Shigeaki.

-¡Pero…!

-¡Ryo-chan! Estoy seguro que esta muy mal ahora, cállate y digámosle lo que nos dijeron sus familiares…

-¿Familiares?

-Tegoshi ha sido trasladado a otro hospital            

Me caí de la impresión, me levantaron entre Shigeaki y Ueda, les pregunté varias cosas, no me supieron responder más que el nombre del hospital al que lo llevaron, no me di cuenta de que estaba llorando ya.

-¿Por qué se lo llevaron?

-Porque al parecer este hospital ya no cuenta con los recursos para atenderlo…

Las voces de los demás me parecían desvanecerse ¿Por qué?, me sentía fatal, pero no era el momento de entrar en depresión, les di las gracias y me dirigía salir de ese hospital inútil que no pudo ayudar… ahí sólo lo entretuvieron… no es más bien que yo no quiero aceptar que Tegoshi empeora cada vez más, estoy en la parada del edificio inútil en el que pasé la noche, espero un taxi, veo uno y le hago la parada, siento una mano en mi hombro, luego alguien abre la puerta y sube, me empujan para que yo también suba, luego dos personas más y una en frente, parecemos el auto sardina, pero sonrío, no estoy sólo a fin de cuentas, Nishikido que es el que va en frete da el nombre del hospital y le vi un brillo en los ojos del taxista, nos sacaría un buen dinero, estaba lejos, pero sinceramente o importaba, el viaje no se me hizo tan largo, tal vez por las sonrisas y algunos de los comentarios de mis amigos, les daba las gracias por eso.

Llegamos y Nakamaru pagó todo, no me quiso decir cuanto fue, tal vez esa era su forma de ayudar, no perdí tiempo y entre el lugar tan rápido como pude, era un hospital particular, muy bien equipado y moderno, costoso seguramente, pero si era ahí donde lo podían atender estaba perfecto, entre a la sala de espera, -muy distinta  a la del otro hospital –estaba sumamente ansioso, miré por todos lados, buscando algo, no sé que pero buscando, vi a Maki-san, la prima de Tegoshi, le sonreí y ella a mí, corrí hacia a ella aunque casi me caía, ella me ayudó a parar.

-De verdad debe preocuparte ¿No es cierto?

Me contó que Tegoshi había tenido una hemorragia interna, no la había podido controlar y por eso mismo había sido trasladado, le miré, ella parecía simularlo todo muy rápido, no parecía afectarle mucho, la señora estaba sentada, inmóvil ¿También ya lo aceptaba?, yo simplemente no podía si quiera pensarlo. Me dejé caer en una silla a su lado, ella puso una mano en mi hombro:

-Estamos esperando que nos diga que ya tienen controlado todo, cuando eso pase… podrás ir a verlo, aguanta ¿Si?

Lo dijo de una manera tan dulce que sólo pude asentir, otra vez a esperar, no tenía hambre, no tenía ganas de nada más que de ver ya a Tegoshi, llegaron al fin mis amigos, estaban todos preocupados, Maki-san les contó todo porque yo no era capaz de emitir palabra alguna del asunto, me sentí mal conmigo mismo ¿Cómo puedo ser tan débil?, no lo sé… al poco rato llegó Akanishi y Yamashita, ellos estaban al tanto así que sólo me saludaron, empezaron a platicar entre ellos, Shigeaki-san y Nishikido-san desaparecieron un rato del lugar y luego regresaron, se les notaba cansados… pero no le di importancia, las horas pasaban, los chicos iban y venían, ellos no tenían que estar ahí, ¿Cuántas clases ya habrían perdido por esto?, bueno pero si les decía algo seguro se lo toman a mal.

Seguimos esperando, ya eran las ocho de la noche, vi a un doctor que se dirigía a la señora que estaba a mi lado, le dijo que por ahora estaba estable pero que tenía que hablar con quienes habían vivido con Tegoshi en un tiempo de cuatro meses antes de estos terribles acontecimientos, me señaló sin decir palabra, yo sólo me levanté y me acerqué, el doctor me hizo seña de que lo siguiera, así lo hice, me condujo por un laberinto, pero llegamos  una habitación, supuse que era de Tegoshi, nuevamente era una privada, el hospital no quería contagios inesperados…

Entramos y Tegoshi estaba consiente, se alegró al verme, yo también le sonreí, el doctor cerró la puerta tras de sí, yo fui a lado de Tegoshi, sentirlo me hacía en verdad feliz, su débil sonrisa me alegraba de muchas maneras, pero el doctor estaba serio.
-Tegoshi-san… este chico…

-Es Takahisa Masuda, vive conmigo en la universidad, es mi novio.

Me sonrojé cuando me presentó, así, era alguien directo… Pero eso también me fascinaba de él, doctor dio un suspiro.

-¿Sabe de…?

-Esta enterado de todo.

-Ya veo… Masuda-san ¿Verdad? ¿Desde cuando sabe esto de Tegoshi-kun?

Noté el gesto de molestia de Tegoshi, ahora entendía porque odiaba tanto que le dijesen ‘Tegoshi-kun’, pero no le di mucha importancia, le tomé la mano y me senté en una silla que estaba a lado de la cama.

-Desde ayer.

El doctor miró algo enojado a Tegoshi, pero mi novio lo ignoró.

-¿Entonces no sabe de su tratamiento?

Tegoshi bajó la mirada, yo no entendía ¿El SIDA tiene tratamiento?, bueno sé lo básico, no estoy seguro de lo que sé pero… Tegoshi ¿Se trataba de verdad?, yo le miré, seguía con la cabeza baja, me estaba evitando.

-Yo…

-El no sabe ni que el SIDA tiene tratamiento, doctor –Era su voz, débil, algo tranquila pero no grata.

-Entiendo… -El doctor parecía ahora molesto –Sabe Masuda-san, estar con alguien con este virus es muy peligroso, usted sabe, el contagio… bueno cualquier cosa

-¿Es usted prejuicioso? ¿Por besarlo me contagiaré? Hasta yo sé que no, doctor, diga lo que quiera decir sin rodeos –Estaba francamente molesto, no era nadie para decirme si era seguro estar con él, dañaba a Tegoshi como nunca nadie lo había hecho, yo no podía permitir que si quiera le diera oportunidad de comentar algo que no debía.

-No se alarme, yo sólo digo…

-¿Qué quiere? –Dijo Tegoshi.

-Bueno no has seguido el tratamiento de AZT ¿Verdad?

¿AZT?, ¿Eso era medicina?, ¿De verdad servía de algo? Tegoshi no contestó, el doctor suspiró, pero yo no entendía… este tipo ya me caía mal, que mal inmunólogo, ¿así se llaman no?, los que tratan esta enfermedad debería ser más tranquilos con sus pacientes.

-¿Cuándo fue tu último análisis de C4D?

Tegoshi permanecía sin contestar, el doctor se impacientaba, apreté la mano de Tegoshi, no sé que cara tenía yo pero debía ser lo suficientemente mala como para que Tegoshi accediera levantar la vista y enfrentar al doctor, este se mantenía serio, yo no sabía que hacer, soy un cobarde.

-Dejé el tratamiento en cuando entré a la universidad, no quería vivir con esa cosa que ¡Sólo me da falsa esperanzas!, en cuanto a los análisis, tiene como unos ocho meses que hice los últimos, aquí es demasiado caro ese estudio… Además, yo no quiero preocupar a nadie, ya me cansé de tener esto, no quiero morir, pero ya no quiero sufrir.

-Yuya… -Susurré tan bajo que sólo yo me escuché.

-Pues, Tegoshi-kun le practicaremos los análisis, los necesitamos, tal vez sea demasiado tarde,  necesito hablar con su madre también, ¿O este joven puede autorizar algún estudio?

-¡Claro! Taka-chan puede autorizar lo que se pueda
Me sorprendí, jamás me había llamado así, pero no me molestó, le sonreí  como pude, era lo mínimo que podía hacer.

-Bien, sólo dígame… ¿Cuál fue el resultado de su último C4D?

-No quiero.

-¡No es cuestión de querer!

Tegoshi odiaba a ese doctor o le dolía hablar del tema, tal vez las dos, nuevamente le apreté la mano, quería darle confianza y valor.

-Fue de 200…

El doctor palideció y se fue, no se me hizo adecuado preguntar nada, sólo le dejé, se durmió y yo supongo que también, cuando alguien me despertó era una enfermera, me pedía que despertase a Tegoshi para que le sacase sangre, así lo hice, estaba de mejor humor y se le veía con más vida, platicamos por horas, de todo menos la situación actual, no saqué nunca el tema de conversación, ya investigaría más tarde.

Le llevaron la comida a Tegoshi y me invitó, no era muy rica pero como teníamos hambre se acabó rápido, sonreía como si  estuviéramos en un día de campo, o de vacaciones, disfrutando de todo, amaba ver sus sonrisas, era como si se nos olvidara todo esto, pero al entrar una enfermera o escuchábamos algo por el altavoz del hospital regresábamos a la cruel realidad.

Fueron tres días así, yo permanecía con Tegoshi todo el tiempo posible, poco tiempo era el que pasaba con su madre o con los chicos, o con su prima, pues apenas se cumplían quince minutos y ya me quería a su lado, para mi era mejor.

Creía que tenía más fuerza, creía que estaba mejor que nunca, le besaba muy seguido, la frente, el cabello, los labios, todo lo que pudiese y cuanto pudiese, en el cuarto día me llamó el doctor tras haber terminado nuestro desayuno compartido.

-Masuda-san…

-¿Qué sucede?

-Tengo los resultados de Tegoshi-kun no son muy buenos.

-¿Qué quiere decir? –Me asusté, había estado bien en estos días... No podía tener nada grave ¿O sí? No era imposible.

-Es un milagro que siga vivo.

-¿Eh?

-Sus niveles rondan en 90, cualquier cosa lo mataría.

¿Cómo podía ser tan directo y frío?

-Además… -Continuó -¿Usted sabe que en realidad el SIDA no mata verdad? Debilita el cuerpo para que algo acabe con su vida…

-…

-Tegoshi-kun contrajo cáncer de sangre, tiene leucemia.


Engaño (5/??)

Este capi es de suna-chan, a mi aprecer le quedó muy bello~!

:3 disfrutenlo ♪



Capítulo 5

Aquél chico que se aproximaba abrazó a Koyama por detrás. Parecía estar muy feliz…
-¡Kei-chan! Tanto tiempo… ¡No sabes cuánto te extrañado!

-Shigeaki… -se giró para quedar frente a frente con él deshaciéndose del abrazo. Se notaba algo sorprendido y a la vez decepcionado.- ¿Qué haces aquí?

-Vine de paseo, y tal parece que el destino nos junta… te he extrañado tanto…

Todo indicaba que ellos se conocían bien… aquellas confianzas no eran "normales". El chico al que Koyama llamó “Shigeaki” realmente se notaba feliz, una gran sonrisa estaba dibujada en su rostro, sin embargo su mirada era algo triste y nostálgica...

Koyama, por otro lado, tenía un semblante de preocupación y cansancio. Como si su encuentro fuese desafortunado…

-¿Y quién es este chico?-su expresión no era muy buena… parecía… ¿celoso?

-Su nombre es Nishikido Ryo y trabaja en la empresa. Ryo él es… Kato Shigeaki, un viejo amigo…

-Mucho gusto.- dijimos ambos al unisono e hicimos una seña de saludo, yo estaba algo… ¿confundido? y él sólo me miraba seriamente. Parecía que me examinaba o algo así.

-Bueno… Shigeaki, nosotros tenemos algo que hacer. Me dio mucho gusto saludarte.

Tal parecía que se engañaba a sí mismo, pues para nada noté aquel “gusto” de su parte.

-¿Qué?... ¿eso ha sido todo?, tanto tiempo sin vernos y ni si quiera me invitas un café o algo para platicar… quiero saber qué estás haciendo, cómo te ha ido… ¡cómo puedes ser tan frío!

-Koyama-san, no se preocupe, por favor quédese más tiempo con su amigo, se nota que no se han visto en tiempo… yo tengo algunas cosas que hacer. Que se la pase bien.

Creo que mi tono fue algo extraño… volví a hablarle formalmente y fui un poco… no sé… tal vez arrogante.

Me giré y me dispuse a emprender mi camino pero un agarre en mi muñeca me lo impidió, otra vez. Me giré nuevamente y me encontré con el rostro de Koyama, quien me miraba como rogándome que no me fuera.

-Espera… tú y yo tenemos asuntos que atender así que por favor, espera.

-Pero…

-Shigeaki, creo que nos podremos ver algún otro día, por ahora necesito atender algunos asuntos. Lo siento mucho.

-¿E-eh?... Kei… por favor, ¡te necesito!... por favor no te vayas…

-Lo siento Shigeaki…

Me jaló de donde me tenía agarrado y comenzó a caminar a un paso algo rápido. Yo tenía el deseo de zafarme de ese agarre e irme, pero simplemente no podía hacerlo… y lo peor de todo es que la razón la desconocía completamente. Noté que se desvió completamente de donde se encontraba su auto… ¿acaso pensaba dejarlo ahí?... En fin, no le tomé importancia y “me dejé llevar”

Realmente me sorprendió el rostro de aquel chico… tal parecía que necesitaba de Koyama…. Y lo más raro fue que Koyama haya sido algo grosero con él… eso no es una cualidad de una persona tan alegre y amable…

Todo el camino fue de total silencio, el sólo caminaba sosteniendo mi muñeca. Yo no tenía idea alguna de a dónde me llevaba. De alguna forma ese momento sentí que lo había vivido antes. Hice un poco memoria y recordé que Tomohisa había hecho algo parecido cuando me declaró su amor… Claro, Tomohisa… ¡cuándo podré vivir sin acordarme de él con todo! No puedo seguir así…

Estaba debatiendo conmigo mismo y recordé con quién y qué situación estaba…
-Koyama…

-Por favor, sólo sígueme. No trates de soltarte.

-Pero…

-Por favor Ryo… no lo hagas más complicado.

-¿Complicar qué?... ¡espera!- me zafé de su agarre sin más, él se giró hacia mí y repentinamente me jaló de la cintura, me tomó del rostro y me besó…

Así fue. Realmente me sorprendí, quedé en total shock. Él sólo me besaba y yo no podía ni si quiera seguir el ritmo. No sentía absolutamente nada... en ese momento era una estatua. Quería empujarlo, golpearlo y salir corriendo pero… simplemente no pude. Me quedé inmóvil.

Se separó rápidamente y enseguida se disculpó:
 
-Ryo… lo siento…

-… -realmente me había quedado sin palabras, no sabía qué decir.

-Ryo… por favor… necesito de ti, necesito tenerte a mi lado… No sabes cuánto lo deseo… por favor… sólo… déjame amarte…

¿Dejar amarme?... ¿pero qué diablos le pasaba?, ¿acaso no sabía de qué situación acababa de salir?
Estaba a punto de decirle que eso era imposible, que jamás iba a pasar… pero… simplemente no pude. Era un completo idiota.

Alcé levemente la mirada y me encontré con la suya pero… grande fue la sorpresa que me llevé al notar que sus ojos estaban llenos de lágrimas, estaba llorando… el verlo así me hizo sentir horrible…. Me hizo sentir realmente mal.

-Ko… Koyama… -se comenzó a limpiar las lágrimas y me miró fijamente comenzando a aclarar su voz.

-Ryo, lo siento mucho. Tú no mereces nada de esto. Me imagino cómo te estás sintiendo… realmente lo siento… estoy siendo un egoísta… es sólo que el estar sin ti me está volviendo loco… el no poder tenerte… se está volviendo una tortura para mí… no sabes cómo maldigo a Yamashita por no apreciar el amor que le tienes... Es un completo estúpido… Ryo, yo sé que justo ahora la vida no te está siendo nada fácil… Y por eso… una vez más, lo siento.

-Yo…

-Lo sé, pero déjame decirte que no he perdido la esperanza. Haré que te enamores de mí a como dé lugar, espero no lo olvides y lo tengas muy presente… 

miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿Siempre será así? (20/23) *Especial MaruDa*

Aquí la yuzu, bueno mi capi listo ~


Capítulo 20

*Especial MaruDa*

~Ueda~

Llevábamos ya mucho tiempo en el hospital, me sentía algo enfadado, yo había sido en gran parte culpable de que Masuda y Tegoshi se conocieran, yo mismo no sólo para molestar y hacer rabiar a Nakamaru ese día, yo también quería que se conociesen, había visto a Tegoshi muy solitario y Maru me había dicho que Masuda no hablaba con nadie, ese día lo logré, y también logré cariñosos besos de mi novio.

Nakamaru había mandado un mensaje a Masuda, y este no había dado respuestas ni con señales de humo, era preocupante, más aún porque ese chico se nos coló ya se fue con un doctor, estamos aquí seis personas, Nakamaru, Akanishi-senpai y Yamashita-senpai, más dos chicos que son del dormitorio de Tegoshi y Masuda, mi novio esta aturdido también.

Es desesperante estar aquí, y más aún sabiendo que eres un inútil, miro a Maru y el esta inexpresivo, me duele verlo así, me gustaría animarlo, pero yo estoy igual que él.

El tiempo parece ir más lento de lo acostumbrado, miro al pasillo, y alguien viene, mejor dicho son dos personas, un doctor y… ¿Masuda?, les avisó a los chicos y me toman delantera Akanishi, Nakamaru y creo el que se llama Shigeaki.

No alcancé a escuchar nada, pero la cara de Masuda decía mil cosas, bueno pero todas apuntaban a lo mismo; Tegoshi empeoraba cada vez más, me sentí mal por él, pero este nos explicó con una sonrisa tan falsa como que los unicornios existen que sólo estaba dormido, y que necesitaba ir al campus a visar, además de ducharse e ir a por ropa.

Nadie le creyó que estaba bien, pero todos le sonreímos, él tampoco se creía su mentira, pero era mejor no decir nada, Nakamaru y yo os ofrecimos a acompañarlo, era lo menos que podíamos hacer en semejante situación, los demás se quedaron diciéndonos que ellos nos llamarían si ocurría algo, salimos del hospital juntos en silencio, era algo incomodo, pero no podíamos hacer nada más, si decíamos o preguntábamos algo seguro no sería bueno, o haríamos sentir mal a Masuda, no creo que sea un tema muy bueno de conversación hablar del estado grave de salud de tu novio, sin embargo ¿Qué se puede hacer en esos casos? No existe un manual de que se supone debe hacer. El viaje al campus jamás se me hizo tan largo y pesado, pero llegamos bien, bueno eso queríamos pensar.

Fuimos directamente al edificio donde se haya su dormitorio, el silencio era cada vez más incomodo, subimos las escaleras, todo iba bien… hasta que Masuda se desmayó.

-¿Qué hacemos? –Dije.

-Pues llevarlo a su cuarto, debe estar cansado, te aseguro que no ha dormido por estar atento a Tegoshi…

-Es verdad –Diciendo esto Nakamaru ponía en su espalda a Masuda, subimos un par de escalones más, le tenía envidia a Masuda dormía tranquilo en la espalda de mi novio… ¡No!, tranquilo Tatsuya esta cansado y preocupado… no pasa nada.

Al llegar a su cuarto saqué las llaves del pantalón de Masuda, entramos y Nakamaru colocó a Masuda en una cama que no sé de quien era, pero lo hizo con cuidado y lo tapó con una manta, lo hizo con sumo cuidado y se dejo caer en la otra cama.

Lo observé todo y me enojé, no había motivo para ser tan atento con él, me fui a sentar en el piso, estaba todo muy limpio, así que no había problema.

Me hice el entretenido con una revista que andaba ahí, Nakamaru no sé que hacía, la revista era de moda, no pensé que ese tipo de revistas compraban, la ojeé desganado, no tenía otra cosa que hacer más que esperar que Masuda despertase.

Me acosté en el suelo, Nakamaru veía dormir a Masuda, su expresión no me gustó nada, le miré mal pero no me hizo caso alguno… ¡Total! Me voy, mucho que me ha de importar que lo mirase...
Me levanté y sacudí un poco, para nada en realidad pues no había ni mota de polvo en mí, le miro y Nakamaru sigue embobado, doy un golpe al piso para reclamar su atención, pero a penas y me hace caso.

-¿Qué sucede?

-Nada.

-¿Por qué has pegado al suelo? Puedes despertar a Masuda.

-Por nada –Digo en un tono desagradable para cualquiera.

-¿Qué te sucede?

-¡Nada!

-¿Algo te molesta?

-No es nada, me voy retirando, al parecer algo te importa más que yo ahora…

-¿Qué sucede conmigo? –Se paró de la cama, y me miro con esa mirada que me derrite -¿Celoso?

Me puse rojo, no estaba celoso o ¿Si?, no era posible, yo nunca me podría celoso de nadie, y menos aún sabiendo que Masuda estaba dormido y enamorado de Tegoshi, me volteé para que no me viese.

-Yo no estoy celoso.

-Claro que lo estas

-No

-Si que lo estas, odias ver que me preocupe por nadie que no seas tú, ¿Verdad?

Se acercó a mí y yo estaba parado como idiota viendo el piso, tenía un tono de voz seductor, sabía muy bien que eso me paralizaba mi cuerpo, muchas veces gracias a eso me podía poseer cuantas veces quisiera, ya sea en nuestro dormitorio, en algún salón o donde le entraran ganas, y bueno yo también lo disfrutaba.

Apenas y me di cuenta de cuando ya me estaba abrazando, iba a reclamar pero fue inútil. No pude, sus labios tocaron los míos, tenía gruesos y poderoso labios de los cuales yo era adicto, me callaba siempre que quería así, yo sólo podía ceder, no había más para mí, desde la primera vez que me besó supe que siempre sería así.

Lo abracé también y el cesó el beso, para darme uno en mi frente, cómo si fuese un niño, per a fin de cuentas me gustó.

-Confía en mí.

-¿Eh?

-Yo te amo sólo a ti

-…

-Jamás te engañaría con alguien, es más no creo poder enamorarme de alguien que no seas tu... Tat-chan…

-Yucci…

Me besaba de nuevo, ahora con su lengua, poderosa lengua, yo siempre caía ante ella. Lentamente nos dirigimos a la cama disponible, de algún modo yo quedé debajo, como siempre, pero siendo el no importaba, sé que no era el momento ni el lugar ni el tiempo, pero cuando te entra la calentura, te entra la calentura y lo necesitas.

Y yo necesitaba a mi Nakamaru. Pero nada es perfecto. Sonó un celular, el mío, lo quise aventar muy lejos y centrarme en mi Yucci, pero recordé lo que dijimos en el hospital… Contesté.

-¿Bueno?

-¿Por qué tardan tanto?

-¿Qué sucede?

-Tegoshi…

-Entiendo, vamos para allá de inmediato.

-Los esperamos…

-De acuerdo, Yamashita-senpai.

Colgué y vi a mi Yucci, su cara volvía ser la de preocupado.

-¿Debemos irnos verdad? –Dijo.

-Si, despertemos a Masuda y vámonos.