lunes, 5 de octubre de 2015

Amor Verdadero


Título: Amor verdadero
Género: Romance
Advertencias: Hetero (¿?) Tegoshi aquí será presentado como Yuuko, una mujer hecha y derecha. Se retoman a Naka Riisa, Oomasa Aya, Masuda Takahisa, Kento Hayashi y Anna Ishibashi como sus personajes en el dorama de Resident 5nin no Kenshuui (2012): Shizuku Miyama, Hinako Koiwai, Manaka Junichi, Kei Yazawa y Sachi Shinjo.
Pareja: Manaka Junichi x Tegoshi Yuuko [TegoMass], Manaka Junichi x Shizuku Miyama [MassuRiisa]
Fandom: NEWS, TegoMass, Resident 5nin no Kenshuui [Dorama]
Palabras: 4000
Tipo: One-shot
Resumen: Shizuku no puede aceptar algo que nunca fue de ella, ¿Afrontarse a la realidad que rechazó? Los ojos de un hombre siempre verán a su verdadero amor, aún si no lo conoce.


Shizuku la observaba con mucha envidia, su silueta algo redondeada no la hacía más que perfecta, su perfecto cabello largo, brilloso y rubio, ella tenía una sonrisa resplandeciente y un brillo único en sus ojos, sin contar además que su rostro tenía marcadas unas facciones finísimas que resaltaban su belleza, aún sin maquillaje.

Esa rubia estaba en la sala de espera, y ella, Shizuku tendría que atenderla aunque por dentro no quisiera hacerlo… Hasta hace unos meses lo habría hecho sin problema, hasta hace unos meses no sabía ni quién era y tampoco le interesaba saberlo, es más, si no fuera por el lugar donde la conoció, seguramente la atendería con una sonrisa y la amabilidad normal… pero ahora no podría hacerlo sin recurrir a la llamada hipocresía.

- Flashback –

El médico al que solían llamar “Bocchan” desde sus días de residencia les habló a esas 4 personas que habían influido tanto en su vida y le acompañaron en el descubrimiento de su verdadera vocación hacia la medicina, estaba muy emocionado, Shizuku en especial lo había notado nervioso en esos últimos días y de alguna manera esperaba lo que le iría a decir…

“Manaka lleva enamorado de mi muchos años… quizás al fin me pida algo…”

Shizuku lo sabía, y aunque en un principio, salir con Manaka era una locura para ella, con el tiempo aprendió a ver los lados buenos de ese médico, se había vuelto un verdadero profesional, entregado a su trabajo y decidido, a veces surgía su torpeza pero eso después de un tiempo lo llegó a considerar “lindo”.

Manaka por su parte, aunque mucho tiempo siguió tras Shizuku, al ver que ella no respondía como él deseaba, comprendió que tal vez no podría haber nada más que amistad entre ellos dos.

A la reunión llegó como última Hinako,  la cual llegó con una gran sonrisa pues había logrado sacar con éxito una urgencia de último minuto. Tras los saludos típicos y comentarios de lo último hecho, la atención se desvió hacia el que había convocado la pequeña reunión.

- Bien… Yo sé que tiene tiempo que no nos hemos visto… Lamento llamarlos así pero tenía que decirles algo.

- Anda ya, Bocchan, dinos el motivo de tu repentina llamada –Presionó la misma Hinako, conocida por ser algo apresurada, pero en realidad, le hacía feliz saber que Manaka aún la considerara amiga cercana.

- Solo dilo –Dijo con más calma Yazawa.

- Bien yo… -Manaka respiró profundamente y con una gran sonrisa se animó a hablar- Me voy a casar en tres meses.

Shizuku se atragantó con su saliva, no entendía nada, ¿Esa era forma de pedir matrimonio? ¡Ella quería un noviazgo! ¡Quería intervenir en la decisión de la boda! Aunque… por otro lado, ese lado tan determinado de Manaka le gustó…

- E-espera ¡Bocchan! –Dijo Shizuku algo apenada, y para sorpresa de todos medio tartamudeando.

- Si, espera ¿Con quién? ¡No sabía que tenías novia! –Fue Sachi quien habló esta vez con tranquilidad, pero muy curiosa, a fin de cuentas, en el pasado ella fue testigo del interés de Manaka en Shizuku, interés que parecía se había esfumado.

- Su nombre es Tegoshi Yuuko, tiene dos años menos que nosotros ¡Y es hermosa!

- ¿¡Tegoshi Yuuko?! ¿¡La imagen oficial la “Hoshi to Hana”?! –Preguntó con exaltación la más apasionada de la moda, Hinako, que pese al paso de unos cuantos años y de ejercicio de su profesión seguía siendo una gran seguidora de las últimas tendencias de moda.

Shizuku por su parte no cabía en sí misma ¿Manaka con otra mujer? ¿Manaka con una chica cuya imagen era de una marca de ropa y calzado carísima? ¿Estaba soñando? ¿No se suponía que era ella la que le robaba el sueño a Manaka? Shizuku entró en un estado de shock al no poder decir nada, Manaka por otro lado empezó a hablar de cómo había conocido a aquella modelo.

- Yuuko, tuvo una pequeña lesión en una pasarela hace unos nueve meses, como los medios no querían que se enterase mucha gente, se decidió llevarla a un hospital privado… como saben, desde hace un año y medio trabajo en el hospital de mi familia, así que cuando nos contactaron para su ingreso, se nos rogó que la atendiese el médico en jefe… es decir yo… ahí, la conocí. Yazawa-kun, tú me entenderás… ¿Qué haces al ver una modelo como Yuuko en tu consultorio?

Yazawa levantó la mirada y se encogió de hombros, pero terminó contestando que seguramente preguntaría cosas que tal vez no son tanto del expediente médico, admitiendo que le gustaría conocerla, Sachi sonrió un poco irónica pero en el fondo sabía que no lo haría… Al menos no de una manera muy directa.

- Le atendí su lesión, una torcedura de la cual estaría bien en dos semanas, pero ella y su agente insistieron en que sería mejor que no saliera del hospital hasta entonces para no levantar rumores de nada, yo no entendía que tenía de malo pero igual la dejé quedarse. Al tiempo se quedó en una habitación sencilla pero privada, y por petición de su agencia, se me pidió que la atendiese solo yo y una que otra enfermera.

- Y ahí seguro atacaste~ -Dijo Hinako algo curiosa, el que se hablase de una modelo como Yuuko era algo grande, ya que esa chica en poco tiempo se había colocado como una de las modelos más reconocidas del medio, teniendo su sección fija en una revista, siendo la imagen de una marca de ropa y calzado famosa y cara, sin contar que además estaba en el top de las chicas más bonitas de Japón.

- ¡No! S-solo nos empezamos a conocer… ella es muy agradable y muy humilde, su padre murió el año pasado, por lo que cuando la conocí andaba algo sensible, ama a su madre con locura y a su abuela también, dice que ellas la incitaron a lanzarse como modelo, cuando salió del hospital, pese a que teníamos sus datos de contacto como referencia de expediente… Ella me dio su teléfono en una nota…

- ¡¿Ella fue?! –Fue esta vez Yazawa quién habló, no esperaba que las cosas tomasen ese rumbo.

- Le hablé tras unas dos semanas y empezamos a quedar…

La historia de Manaka se extendió un buen rato más, de la primera cita, de cómo se hicieron novios, incluso como Manaka tuvo que esconderse de algunas cámaras que a veces seguían a Yuuko.

- ¡Entiéndelo! Es como si salieras con una Idol, es natural que si un Idol tiene fans, los paparazzi los sigan~ -Dijo Hinako, la cual estaba más emocionada de lo que se podría esperar.

Shizuku no decía nada, en serio nada ¿Cuándo pasó? Siempre había considerado a Manaka como “suyo”, creía que jamás nadie llegaría y se lo quitaría ¿Quién pensaría que una modelo tan importante como lo parecía ser esa Tegoshi Yuuko podría robarle a Manaka? ¿Por qué ella lo había dejado ir? Manaka era torpe, pero muy noble y de un corazón hermoso, sin contar además que contaba con un perfil muy varonil al trabajar.

Shizuku no quería dar crédito a nada de lo que pasaba, pero era tal la emoción entre sus amigos de contar la historia de Manaka  y Yuuko que realmente nadie le prestó atención a su silencio tan raro en ella.

Cuando pareció que Manaka había dicho todo lo que había querido decir, recalcando mil veces lo enamorado que se sentía de su prometida, ella se movió un poco… Tendría que aparentar…

- Vaya… nunca pensé que nos dirías una noticia así, Bocchan.

- Lo siento Miyama-san –A Shizuku le dolió oírlo hablarle de esa manera tan formal, tan profesional... ¿No eran amigos? ¿Por qué no le decía por su nombre? Parecía que a “Yuuko” le podía hablar por su nombre sin problema –Pero era por Yuuko que no podía decir nada, como dijeron, ella es algo cercano a una Idol y si decía algo posiblemente le hubiese traído problemas…

Shizuku no quería contestarle ¿Ahora resulta que ni hablarle a sus amigos de una relación podía? Sacó el pensamiento de su cabeza, solo estaba siendo una egoísta… Pero igual le dolía.

- ¡Esta bien Bocchan! Es bueno que te hayas decidido, con razón las pocas veces que nos veíamos te notaba nervioso… ¿C-cuándo fue que…?

- ¿Nos comprometimos? Hace nada, bueno… El viernes pasado.

- ¿Desde el viernes? –Preguntó Sachi, marcando el conteo de días con sus dedos, no porque lo necesitase, si no para hacer énfasis en el tiempo pasado; 3 días.

- Yuuko aceptó de inmediato, pero tuvimos que comunicar a su agencia, esperar la respuesta ya sea de aprobación o no…

- ¿Aprobación? ¿De verdad necesitan eso? –Yazawa habló.

- No del todo para ser honesto. Nosotros nos vamos a casar no importa qué… sin embargo, Yuuko quería ver que hacer; si la nos daban la aprobación, se haría una rueda de prensa para hacer esto oficial y si no… Ella iba a renunciar.

- ¿¡Renunciar?! –Hinako se exaltó un poco.

- Ella me dijo que… ella es feliz en pasarelas y usando ropa bonita, que miles de personas la vean y la reconozcan, pero me dijo que es más feliz conmigo y que no le importaba convertirse en  ama de casa si con eso podría ser mi esposa…

- Pero… ayer se anunció la nueva línea de botas de “Hoshi to Hana” y Tegoshi Yuuko, naturalmente  es la imagen central.

Manaka sonrió y Shizuku solo miró a todos por turnos.

- Aprobaron nuestro matrimonio… Mañana asistiré a una rueda de prensa para hacer oficial el compromiso. De hecho, cuando hablé con la agente de Yuuko dijo que a la empresa le iba como anillo al dedo porque estaban pensando en sacar una línea dentro de tres meses de ropa y accesorios de boda y nadie será mejor que Yuuko para promocionar aquello.

- Tienes suerte… -Comentó Shizuku y tras eso se despidió alegando cansancio, lo cierto es que de alguna manera sentía su corazón más roto que nunca, ¿Por qué le dolía tanto que Manaka se fuera con otra mujer? Una mujer tan perfecta que parecía tan si quiera una locura querer compararse con ella… Aunque realmente no era que fuese una mujer como Yuuko, sino más bien, era la idea que Manaka se estaba quedando con “otra mujer”, daba igual que fuese ella o alguna otra persona… Manaka ahora está comprometido y ella, Shizuku había perdido toda oportunidad, arrepintiéndose  de cada vez que lo rechazó directa o indirectamente.

- End Flashback-

Shizuku veía por la ventana del consultorio a la chica rubia que jugaba con su cabello esperando, tenía un cubre bocas pero sus ojos resaltaban aún más de esa manera, nadie estaba armado alboroto a su alrededor, quizás porque no la reconocían… imposible, todos la conocían, pero por ello respetaban su privacidad al estar ahí, en el hospital.

- Flashback -

Manaka ahora había repartido las invitaciones, la rueda de prensa había sido un éxito y él junto a Yuuko ocuparon una plana entera en más de un periódico en esa semana, incluso hablaron de ellos en un programa de espectáculos.

Shizuku Miyama a ratos deseaba que un acoso de parte de los fans de Yuuko se desatara sobre Manaka y así ellos rompiesen su compromiso, pero era algo desalentador que en muchas comunidades de fans en internet daban su aprobación deseando que Yuuko fuera feliz, pero que no dejara su carrera. Además, después ella caía en cuenta de que algo así sería conflictivo para su “Bocchan” y la idea se le iba.

La invitación a la boda era algo hermoso, era una tarjeta de relieve la cual resaltaba los nombres de “Junichi Manaka” y “Yuuko Tegoshi” en letras doradas entrelazados por una línea color plata y un par de anillos que indicaban matrimonio. Venía grabado un pensamiento que según se enteró era de la autoría de la feliz pareja en honor a su compromiso, una frase asquerosamente cursi de amor eterno y verdadero… Era tan romántico que le dolía, se encontraba pensando a veces que tipo de frase habría inventado ella junto a Manaka para una invitación de una boda de ellos dos… aunque sabía que era imposible.

En ese tiempo fue invitada (sin poder rechazar) a una cena donde Manaka les presentaría a Yuuko. Hinako era la más emocionada, por otro lado Sachi  y Yazawa estaban más bien curiosos de saber cómo es que su amigo podría tener una relación con una modelo de la talla de Yuuko, y Shizuku simplemente se quería morir.

La sorpresa de la cena es que no fue planeada en un restaurante de lujo como todos pensaron que sería, si no fue en una casa prácticamente nueva, la cual no conocían. Manaka no vivía ahí, pero por el tamaño, tampoco era una casa donde pudiese vivir Yuuko sola. Era la casa donde vivirían Manaka y Yuuko después de casarse, y la cena  que comerían esa noche sería la primera así como también la primera vez que usarían la casa como tal; cocina, baño, habitaciones, muebles…

Shizuku llegó a pensar en cuanto vio la cena en que tenía que haber sido comprada o preparada por un chef profesional, no era como si tuviese un sabor totalmente perfecto, pero era bastante mejor a la comida que ella misma preparaba.

Por otro lado la impresión de Yuuko en los amigos de su prometido fue lo que más sorprendió de la noche a todos. Yuuko, tal como “Bocchan” lo había dicho, era totalmente adorable, un encanto y muy humilde, a ratos se le escapaban comentarios algo torpes pero  cuando se daba cuenta pedía perdón, comentando que estar con tanto médico la hacía sentirse algo tonta. Pero no lo era. Ella era lista y perspicaz.

Yazawa le tomó aprecio en poco tiempo por sus maneras tan firmes de actuar y la seguridad que emanaba, esas características no eran algo muy fuerte en Manaka, y pensando en su amigo pensó que estaría bien que su esposa fuese así, sin olvidar el toque femenino… Hinako habló mucho con ella de tendencias de moda, como era de esperar se entendían bien, aunque obviamente Yuuko tenía más conocimiento del tema y hasta le adelantó unas tendencias proponiéndole salir de compras algún día a lo que Hinako accedió totalmente encantada, Sachi por otro lado la calificó como una persona muy amable y que adoraba a Manaka, notándose cuando lo miraba o cuando de repente se le escaba un comentario hacia este que era más bien del tipo cariñoso y tal vez “privado”.

Todos parecían dar su aprobación a Yuuko. Todos menos Shizuku: quería buscar un defecto, un defecto que no podía encontrar. Estaba celosa… Ella quería llevar el anillo con el pequeño pero vistoso diamante del dedo anular de la rubia.

La cena obviamente fue preparada por Yuuko (con ayuda de su prometido), y con ello se dieron cuenta de que Yuuko pese a su imagen de modelo y de chica que no mueve ni un dedo, era una chica que sabía hacer muchas cosas.

Yuuko no tenía defectos, o al menos si los tenía, Shizuku no podía encontrarlos. Al final de la noche fue la primera en irse, el único pensamiento que tenía en la cabeza que después de todo Yuuko era una buena chica, y que aunque le doliese, no habría forma de separarla de Manaka.

Esa noche Shizuku se prometió ser feliz por “Bocchan” y Yuuko, pero lo cierto es que las lágrimas la asaltaron esa noche…

- End Flashback –

Tenía un poco de tiempo antes de llamar a que pasara a la rubia que no dejaba de jugar con su cabello y sacaba un libro, un libro enfocado a las mujeres recién casadas. Shizuku estaba pensativa, podría esperar una emergencia y hacer que alguien más la atendiese pero sabía que al final no resultaría, puesto que Yuuko seguramente querría ser atendida por ella, Shizuku Miyama, la amiga de su esposo.

- Flashback -

La boda entre Manaka Junichi y Tegoshi Yuuko fue anunciada en todo medio, aunque no se invitó a nadie que no fuera de la familia y amistad cercana de los novios, por parte de Manaka fue gran parte del cuerpo médico del hospital de su familia y obviamente sus amigos de la residencia; Yazawa, Sachi, Hinako y Shizuku, mientras que por Yuuko estuvieron presentes algunas modelos, unos agentes e incluso un escritor amigo de la infancia de Yuuko: Kato Shigeaki, contando también al presentador de noticias del cual se sabía era considerado como un hermano mayor de la novia: Koyama Keiichiro.

Esa fiesta era el recuerdo más feliz de Manaka y Yuuko, pero era el más doloroso para Shizuku. El ver como se juraban amor eterno y se firmaban los papeles correspondientes tras usar los anillos era una escena dolorosa con la cual tuvo que batallar para no gritar ni salir corriendo… o peor, interrumpir la boda.

Ese día, el clima fue perfecto, la comida deliciosa, la fiesta perfecta, baile todo el tiempo, abierto por el típico baile de los novios, pastel de tres pisos con detalles en dorado y un bonito mensaje alusivo a la boda, regalos de todos los asistentes, sorpresas por parte de todos, vídeos de cómo ellos se conocieron y una que otra cita, fotografías al por mayor, donde Yuuko daba a notar su naturaleza de modelo al posar en varias formas diferentes pero con una sonrisa más radiante que el mismo sol, flores de gran variedad pero blancas y sobre todo mucha alegría.

Durante la boda Yuuko usó cuatro vestidos, uno de su elección (el que fue usado en la ceremonia legal) y dos de su agencia (durante el transcurso de la fiesta, queriendo su agencia sacar material exclusivo para la promoción de los vestidos y accesorios), siendo el último uno tradicional, el cual se usó para su fin, una ceremonia al estilo japonés tradicional. Manaka por su parte solo usó dos trajes, el de la ceremonia legal y el de la ceremonia tradicional.

Shizuku observó todo, llevó un regalo incluso, pero no estaba nada feliz, y fue Sachi quién lo notó.

- Sabes bien que tú tienes la culpa.

- ¿Eh?

- Manaka era tuyo Shizuku, él te adoraba y siempre lo rechazaste. ¿Hasta ahora te das cuenta de que lo amas?

- Nunca pensé que esto pasaría –Se sinceró Shizuku, ella nunca pensó que alguna mujer se interesaría en Manaka.

- Pues ya vez… Ahora creo que entiendes que lo has perdido para siempre ¿No?

- Supongo, no creo que esos dos se separen algún día –Comentó dolida, viendo como Yuuko se recargaba en el pecho de su ahora esposo al bailar un vals.

- Al menos eres consciente de eso

- ¿Qué me queda Sachi?

- Nada… pero al menos sonríe, si amas a Manaka de verdad, sé feliz por el en su día más especial.

Sachi después de eso fue invitada a bailar por Yazawa, y aunque Shizuku tuvo un par de invitaciones y bailó, no pudo sonreír con sinceridad. Incluso llegó a tomar de más, pensando en que quizás así las cosas estarían mejor.

Al día siguiente lo primero que vio en las noticias matutinas, fue que en la página oficial de la agencia de Yuuko había un cambio... El nombre de “Tegoshi Yuuko” no estaba, en su lugar, junto a la foto sonriente de la rubia con un velo de novia y un peinado elaborado, dejando a notar el vestido que usaba, estaba el nombre de “Manaka Yuuko”. Y ese día las lágrimas volvieron a Shizuku.

- End flashback –

Se levantó de su asiento, no quería mirar más a la rubia, ya casi había pasado un año desde que la conoció y empezó a sentirse miserable por haber dejado que ella le ganase a ese chico que siempre, desde que comenzó su residencia, sería para ella. Pero al cruzar una mirada con ella supo que no podía hacerlo y la llamó.

- ¿Manaka-san? –Llamó en gesto formal, pero la rubia se levantó de inmediato, lucía un vestido azul cielo con detalles en crema con un listón en su cabello en forma de moño que le recogía un mechón de cabello, traía unos bonitos zapatos azules a juego con su vestido pero bajitos, de piso, sonrió un poco y se dirigió a consulta.

- Ha pasado tiempo, Miyama-sensei –Dijo alegre la rubia-.

- Bastante o si no, ha descuidado un poco su peso, Manaka-san~. –Comentó Shizuku con algo de dolor.

- Manaka-kun dice que estoy perfectamente bien de peso –Ella hizo un puchero divertida. A veces aún Shizuku se sorprendía que ella llamase así a su esposo, pero se suponía que lo hacía por respeto a ella, porque más de una vez la había escuchado llamar a su esposo de una manera muy cariñosa “Junichi~” cuando creía que nadie podía escucharla.

- Eso ya lo veremos –La doctora Miyama sonrió sin poder evitarlo, esa era una de las cosas que no le gustaban de Yuuko, la facilidad con la que se ganaba a las personas.

- Bien~ ¿Estaba muy ocupada, Miyama-sensei? –La rubia preguntó mientras se sentaba en la silla del consultorio.

- Más que eso, papeleo~ -Contestó vagamente la doctora.

Yuuko estaba por decir algo hasta que alguien tocó con insistencia la puerta, Shizuku dio el permiso de entrada y se encontró con un Manaka algo agitado, con el uniforme algo mal puesto y la bata blanca chueca.

- ¿Amor? ¿Estoy a tiempo?

- Como siempre, sí~. Miyama-sensei a penas me iba a revisar –La pareja empezó a platicar y aunque las palabras de afecto no eran del todo dulces o excepcionalmente románticas se sentía ese tono “meloso”.

El asunto era que… se trataba del cuarto mes de embarazo de Yuuko Manaka.

Fue todavía algo muy duro para Shizuku ver la expresión de Manaka al ver el ultrasonido de su esposa, y en el cual se distinguía ya a su bebé, que parecía crecer adecuadamente, además Yuuko, si de por sí era hermosa y radiante, el embarazo le daba la apariencia más dulce y amable.

- Sin asustarlos mucho, pero algo me dice que su... bebé, -Era doloroso decir la palabra pero sabía que tenía que decirlo- crecerá mucho… Manaka Yuuko-san, seguramente tendrá que dejar el modelaje pronto.

Yuuko asintió aunque no muy convencida, pero recibió el beso en su frente de su esposo el cual le sonrió haciendo que le olvidara lo que sea que hubiese pensado.

- Gracias Miyama-san –Comentó Manaka  en lo que Yuuko se acomodaba su vestido y se alistaba para irse.

- ¿Gracias? –Preguntó la aludida, por el tono usado por Manaka, seguramente no quería que Yuuko los escuchase.

- Sí, gracias por hacer que me diese cuenta de que la persona para mí era Yuuko. Espero encuentres a tu persona especial.

Las palabras de Manaka le dolieron todavía a Shizuku, pero se escuchó la voz de Yuuko.

-¿Crees que me dejen modelar ropa de maternidad?

Manaka sonrió.

- Acaba de llamarme tu agente, cielo, te quieren presentar una línea nueva de esa ropa mañana.

Yuuko sonrió y recibió un beso de su esposo, Miyama veía todo y al ver esa sonrisa en ambos, la mano de cada uno posaba en el vientre ya algo abultado de la rubia, se dio cuenta de que no podía hacer nada, ellos estaban destinados, aceptando al fin que ellos eran uno para el otro. El dolor que había sentido todo ese tiempo en ese momento desapareció lentamente convirtiéndose en alivio y felicidad por esa pareja que ahora estaba por convertirse en familia. Manaka nunca fue suyo, siempre fue de Yuuko aun cuando estos no se conocían.

El tiempo pasó, y el bebé de Yuuko y “Bocchan” nació totalmente sano, Shizuku fue la elegida para ser su madrina, porque no pudo resistirse al ver al bebé tan lindo en brazos de su madre, además este bebé reunía características de ambos, lo que lo hacía realmente adorable... siendo el nombre elegido por los tres: Souta  Manaka.

domingo, 29 de marzo de 2015

Amantes



Título: Amantes
Género: Lemon (¿?)
Advertencias: Sadomasoquismo
Pareja: TegoMass [Tegoshi Yuya x Masuda Takahisa]
Fandom: NEWS
Palabras: 4000
Tipo: One-shot
Resumen: Tegoshi está harto, necesita algo de acción, quizás el conocer a un actor pueda llevarlo a lo que realmente quiere.

En mi aniversario solo recibí una llamada de mi esposo diciendo que se tenía que quedar en no sé dónde para no sé qué reportaje. Él y yo nos casamos hace dos años, y el año pasado no celebró conmigo la fecha por otro reportaje que tenía que hacer para su noticiero.

Yo no podía quejarme, había roto compromisos también con anterioridad y la verdad, también por un trabajo que no podía aplazar, pero eso sí, jamás en nuestras fechas especiales, ni en nuestro aniversario de bodas, de novios, en mi cumpleaños o en el de él, primero de mayo.

“Keii-chan” es el esposo perfecto. Solo cuando no tiene que trabajar. Y “Yuya” es un chico muy impaciente.

Salí de casa algo molesto, no realmente con él, pero sí con “su” trabajo. Odiaba que su trabajo nos separara así, aunque yo sabía bien que si Keii-chan accedía a esos reportajes era para poder darme la vida de príncipe que a veces con mi propio sueldo no podía pagarme.

Caminé sin rumbo, pensando amargamente en lo que podía haber hecho ese día… Hacía mucho que mi esposo no llegaba con ganas de tocarme, que no llegaba con mucha energía como para cansarnos en la cama, hacía mucho que no gritaba “Keii” con toda la fuerza de mi voz en aquel momento de máximo placer.

Aunque yo haga de todo por provocar a mi esposo, lo cual incluye travestirme más de una vez en muchos disfraces,  yo no dejo de ser hombre nunca, yo tengo mis necesidades… Necesidades que mi esposo no me ha logrado satisfacer en mucho tiempo.

Alenté el paso de mi caminar, pasando por un parque ya oscuro y sin personas, pasando por una calle con solo una farmacia de 24 horas abierta, pasando por un hospital infantil que estaba curiosamente pintado… pasando por muchos edificios en los cuales no iba reparando hasta que entré en un pequeño bar que estaba ahí, abierto y casi vacío.

Me puse unos lentes con un diseño grande que cubrían mucho más que mis ojos, incluso eran algo molestos en mis mejillas, pero solo los usaba por distracción. Me senté a lado de un tipo que no parecía llevar mucho ahí pues no tenía vaso alguno, estaba con una expresión seria hasta que el barman le pasó un vaso con un líquido algo rojizo. Lo observé por un momento pero después decidí no reparar en lo que él hacía y yo pedí una bebida cualquiera, no me importaba, quería solo tomar algo y que se me olvidara un rato el porqué de mi soledad de esa noche.

El tipo de a lado pidió de nuevo esa bebida rojiza y yo seguí en lo mío, pidiendo más y más sin saber que bebía en realidad, cada vez todo era más confuso, y olvidé entonces, que cuando perdía esa ligera cordura cuando bebía… me ponía demasiado platicador.

- ¿Sabes tú, amigo, que es horrible?

Nadie me contestó, ni el barman ni el tipo de a lado, ni la tipa que llegó después solicitando un trago muy ligero. Pedí alguna cosa más que ahora no puedo recordar, pero me mareó bastante, pues le me lo acabé de un solo trago y me volví a dirigir a ellos con la misma pregunta. Pero esta vez, el tipo de la bebida roja atendió a mi llamado contestado con un sencillo “¿Qué?”.

- Que ese idiota prefiera hacer un reportaje de peces que tocarme a mí.

Contesté realmente con mucho recelo, era cierto, dentro de mi egocéntrico ser, estaba la verdad, odiaba pasar a ser el segundo termino de mi esposo, su segunda preocupación, yo no podía ser un esposo tolerante, una pareja comprensiva, en serio que no, porque yo necesito atención, mimos, ser atendido en toda la extensión de la palabra, no importa que pase, yo quiero todo para mí.

Un nuevo “¿Qué?” salió de la boca del tipo de a lado y yo resoplé, volteando a verlo.

- Que el idiota de mi marido desde hace meses que no pasa de besar mi mejilla, que ese tonto, me tiene en abstinencia desde hace no sé cuánto y yo no aguanto eso, yo necesito que me toquen, necesito cariño, amor, lo que sea, yo necesito…
-Pobre de ti.
-No, no, no ¡Pobre de él! Porque yo… yo…

Me quedé sin decir nada, no podía con mis ideas, apoyé mi barbilla en la barra jugando con mi vaso vacío, tomaría un poco más y quizás luego me iría mi casa o a un hotel, dependiendo de qué tan lejos esté de una u otra opción.

Quizás fue un segundo, o quizás un minuto, puede que varios, no lo sé pero el tipo empezó a hablar.

- Mi esposa es una ilusa. Cometí un grave error al casarme con la amiga de mi hermana, todos me lo dijeron pero pensé que funcionaría…

Le miré severamente, y luego observé sus manos, en su mano traía un fino anillo de oro, claramente indicaba su compromiso recién mencionado hacía unos pocos segundos, por segundos quise decirle que a mí no me importaba su tonta vida amorosa pero como ya dije, me vuelvo muy platicador y además algo chismoso cuando empiezo a beber de más.

- ¿Y entonces?
- Ella se da la gran vida gastando todo el dinero que gano.
- ¿Y qué esperas para separarte de ella?
- Nada… No puedo hacerlo ya, ella es quién cuida al niño. Yo trabajo, ella es ama de casa.
- ¿Niño? ¿Tienen ya hijos? –Hice un cálculo mental de la posible edad de mi acompañante a juzgar por su físico y lo que me contó, con suerte sería un par de años por mucho más grande que yo.
- Sí, un niño adoptado pero como cualquier niño pequeño jala más afecto y atención que nadie.
- Estás condenado. ¿Es fea?
- No, al contrario es guapa. Solo es muy tonta.
- Que vacía esa relación tuya.
- Y que lo digas. Pero tú solo quieres sexo ¿Por qué contratas a alguien?
- “Lo amo~” –Dije más que nada por compromiso ¿Acaso podía llamar amor a lo mío con Keii-chan?, ¡Tonto! No debía pensar en eso, estábamos casados, obviamente era amor – No podría tener sexo con alguien más.

Salieron esas palabras pero yo no las sentía verdad.

Pasó un rato más, descubrí más cosas de ese chico, tanto de su vida como de su físico. Era un actor de teatro, conocido por el medio, había protagonizado varias obras, aunque de los nombres que dijo yo no conocía ni uno, además mencionó de una oferta para una película de mediano presupuesto que estaba pensando aceptar. Tenía cuatro años de casado y su hijo adoptado tenía casi dos años,  y se notaba que lo adoraba. Pero él… físicamente hablando era casi un dios, bajo su ropa se notaban unos músculos que según comentó podrían ser resultado de la natación, su cabello desordenado era de un rojo brillante, y su piel era demasiado nívea.

Platicamos, y mucho, quizás él se enteró de mucho de mí y yo de él, nos hicimos amigos algo bebidos muy fácilmente. El Bar poco a poco se iba vaciando poco más, quedábamos los dos y el barman nada más.

- Deberías irte a casa –Mencioné nada más por decir algo, yo me quería ir ya.
- No quiero, ella no me espera hoy, le dije que no podía volver a casa hoy. Pero vete si quieres.
- Él no va a llegar hoy.
- ¿No es tu aniversario?
- Ese idiota se fue a grabar con peces ¿No te dije?
- Que triste.
- Lo sé.

Me levanté y pagué lo que debía, me sorprendió un poco puesto que no recordaba haber pedido y bebido tanto, pero igual no me importó, busqué una mochila que creí haber llevado pero realmente me había salido de la casa sin nada encima más que mi cartera.

Me tambaleé hasta la salida, quizás debí haber reparado más en lo que bebía y las cantidades que eran, sin embargo no llegué a caer en ningún momento, al principio me felicité por llegar a la puerta sin caerme pero luego, sentí la presión en mi hombro que me sostenía en pie.

Creí no necesitar su ayuda y de hecho se la estaba a punto de recriminar, sin embargo no lo hice pues me di cuenta al dar un paso que si necesitaba ayuda.

Me llevó un par de calles pero luego paramos en un parque, quizás el mismo por el que pasé antes y estaba vacío. Nos detuvimos ahí, pues los dos estábamos algo cansados. Estábamos en silencio, y al menos de mi parte no sabía bien que decir. Mi cabeza estaba en verdad confusa. Pero él me sonrió y por alguna tonta reacción yo hice lo mismo.

Retomamos el camino en silencio rumbo a lo que recordaba era mi casa, justamente recordaba aún como llegar sin necesidad de llamar a mi esposo o a alguien así y tenerle que explicar todo el asunto.

Con la llave de emergencia abrí la puerta y cometí el un gran error y acierto al mismo tiempo: El pelirrojo entró conmigo a mi casa y se aseguró de llevarme a mi cama.

- ¿En serio eres gay? –Dijo finalmente tras ayudarme a sentarme en mi cama y asentí ligeramente.
- Incluso te dije que soy casado ¿Te molesta acaso?
- No, de hecho me da curiosidad.
- ¿Y eso?
- No todos los días me encuentro a un gay emborrachándose en un bar casi vacío quejándose por que no ha tenido sexo.
- ¿Sabes? Es mejor que te call-…

Entonces, el pelirrojo me besó. Suave. Tierno. Temeroso. Con duda. Con aliento a alcohol. Con presión. Un beso apretado. En un pocas palabras un beso robado.

Y yo le respondí.

Me fui recostando en la cama matrimonial que solíamos compartir Keii-chan y yo. Con ese pelirrojo encima que no separaba sus labios de los míos, y que yo no era capaz de detener, sus labios eran peligrosamente adictivos y me gustaban… Y para mi placer, para él los míos tampoco estaban nada mal.

Él estaba sobre de mí, me besaba mis labios y mis mejillas, con deseo, sin esa represión de timidez o algo así, solo lo hacía por hacerlo, por disfrutar de mí y que yo disfrutara de él, sin embargo algo de su cordura regresó no mucho después.

- Lo siento.
- ¿Por?
- Tú y yo somos casados, está mal esto… Y no eres una mujer.

Lo miré sin expresión alguna por un momento y me levanté como pude de la cama hacia el buró del otro lado de la habitación. Le aventé cerca de él un par de objetos sin ver, saqué algún disfraz que el fetichista de mi esposo me había hecho usar y me fui hacia el baño sin decir nada. Yo no me iba a quedar sin diversión.

Regresé con un sencillo traje rosa claro y con mi cabello peinado a un estilo femenino, pues la peluca para ese tipo de cosas era realmente incómoda.

- Piensa que soy una chica, piensa que no estoy casado, piensa que tú no tienes familia, piensa que solo existimos tú y yo, piensa que solo queremos placer.

Jaló de mi mano y eso fue suficiente, porque él me empezó a besar de nuevo, apartó un poco esos objetos que le había aventado hacía un momento y sonrió, o eso creí. Estábamos uno sobre el otro compartiendo besos prohibidos, tocándonos solo un poco. (Debo decir que sus manos eran mucho más diestras para tocar y estimular que las de mi esposo).

El pelirrojo comenzó a incrementar el ritmo, colando su mano por mis piernas nada más, tocándolas y disfrutándolas, yo me daba por bien servido acariciando su espalda baja y toqueteando por encima de su ropa uno que otro músculo de él.

- Tú y yo… -Dijo y asentí. –Y yo te puedo hacer lo que sea… -Asentí de nuevo, él solo sonrió.

Me quitó mi ropa, yo no me opuse, el alcohol no sé si me ayudaba o ya se me había bajado. Pero lo cierto es que yo quería más, hacía mucho que no tenía esa sensación.

No sé si es una ilusión o me lo dijo, pero sabía que él quería jugar, yo también y nos íbamos a divertir mucho.

Tan pronto pasó el tiempo que yo ya no tenía nada encima, y él, por su parte, aún tenía su pantalón y así dio a notar su curiosidad por estar conmigo, me comenzó a tocar algo brusco y yo comencé a gemir entrecortadamente, su mano estaba caliente, o quizás era yo, pero el punto es que se sentía demasiado bien.

Perdí noción de nuestros movimientos, solo sé que me gustaban, se sentía bien, parecía que bailábamos entre las sábanas de mi cama que solía decir que era de Keii y mía, pero ahora me importaba poco eso, quería que las manos del pelirrojo me tocaran, me dieran ese placer que tanto había deseado, e increíblemente sabía, por alguna razón que solo ese pelirrojo podría hacerlo, para mi fortuna parece que el pelirrojo leía mi mente y llevaba sus manos a donde me gustaba… o necesitaba.

Sus caricias eran diferentes, no eran tan tiernas y torpes como las de mi esposo, eran más bien algo bruscas y más certeras, a ratos hacía una presión en mi piel y después me volvía a tocar con suavidad, lo sentía en todos lados, mis rostro, mis brazos, mis piernas, mi abdomen o mi espalda en segundos él era capaz de acariciarme todo.

Y vaya que lo disfrutaba, tanto que no me di cuenta de cuando empezó a usar más fuerza e cuando llegaba a mi trasero le daba una nalgada algo fuerte, sabía que mi piel reaccionaba al instante adquiriendo cierta coloración rosácea, y eso me encantaba.

Dejó de usar solo sus manos y buscó a tientas uno de los objetos que antes le había aventado, era una “vara” con unas tiras de cuero negro en la punta, no muy largas no muy cortas, Keii nunca quiso usarlo, pero el pelirrojo no dudó en estrellarlo un par de veces contra mis piernas y mi trasero de nuevo, luego pasaba esa vara por mi espalda con suavidad dejando que las hebras de cuero delinearan mi cuerpo, para luego azotarlo contra mi cuerpo, yo no me di cuenta de un inicio pero comenzaba a jadear cuando sentía un golpe.

El chico, dejó de azotarme un rato, solo me acariciaba con esa vara por todo mi cuerpo, pero cuando menos lo sentí volvió a mis piernas pero esta vez, mientras lo hacía se inclinó hacia mis labios para ahogar mis suaves quejidos.

Su beso era la cosa más excitante que había experimentado, era un experto jugando con mi lengua, aunque por cómo reaccionó a mi respuesta a ese beso no hizo más que calentarlo, pues me mordió mis labios, me miró y me sonrió de una manera tan linda que no advertí lo que hizo después.

Me dejó sobre la cama, pude observarme, tenía leves marcas de color rosa brillante sobre mis piernas pero extrañamente no me dolían, nada era lo que me podría cubrir, y luego busqué la mirada del pelirrojo, el cual tras darse cuenta de mi intensión, me volvió a sonreír y tomó mi mano, la apretó y se inclinó de nuevo a besarme, me concentré en ello por lo que no me di cuenta hasta que se alejó que había amarrado esa mano que me había agarrado con la estructura de la cama.

-Tú y yo sabemos que lo quieres.

Me dijo y no pude decir nada, tiré de mi mano, solo para comprobar la realidad de la atadura, era real, no solo sobrepuesta, y apretaba bastante cuando intenté jalarla. El mayor, sonrió seguramente porque yo obviamente puse una cara algo preocupada.

Quedé inmovilizado en la cama poco después, en una posición algo extraña, estaba acostado de costado, casi en posición fetal, mis tobillos no habían sido atados a la cama, sino juntos, y mi otra mano había sido llevada atrás, en mi espalda, además él me había pasado una cuerda que realmente no  me ataba a ningún lado pero si recorría mis hombros y parte de mi pecho, tendiendo el extremo de esa cuerda.

Jaló de esa cuerda y me moví algo inquieto, él pudo comprobar que si tenía control de movimiento en mi cuerpo y yo me excité.

Por el sonido, noté como subió a la cama, me daba algo de miedo y curiosidad, pero pronto sentí una sustancia algo fría caer sobre mí, seguramente él estaba vertiendo algo sobre mí, dirigí mi mirada a él, sonrojado y algo preocupado, me estaba dejando caer un líquido color rojo, que yo no recordaba que había en mi casa, por su olor tan suave, pensé que sería jabón, pero no lo era.

Ese líquido estaba por todo mi cuerpo y aunque había caído frío a mi cuerpo, en ese momento lo sentía arder, me sonrojé un poco más porque luego me encontré con él, con sus ojos y no vi más que perversión y deseo por mí, jamás me sentí tan bien.

Él se fue dejándome así, sabía que regresaría y vaya que quería que lo hiciera, para lo cual no pasó mucho tiempo, pues cuando menos lo sentí, había algo frío que estaba siendo colocado en mi entrepierna: un maldito hielo.

Lo miré confundido y hasta algo enfadado, sin embargo eso era algo curioso, mi miembro estaba si ya algo caliente y con el hielo ahí hasta sentí algo un poco más placentero. El aprovechó esa reacción para perderse de mi vista e ir por el lado contrario de la cama, donde yo no podía ni siquiera adivinar qué haría, sentí su peso en la cama de nuevo pero esta vez en la parte baja de mi espalda y sudé frío.

El besó mi espalda, poco a poco de una manera más atrevida, incluso dejando un rastro de saliva por esta, me mordía después pero igual lo disfrutaba, por eso no tomé en cuenta cuando el metió un maldito cubo de hielo dentro de mí.

Quise voltear para reclamar pero antes de hacerlo él tenía sujeta mi cabeza con una de sus manos, empujando el hielo dentro, era terriblemente doloroso… y delicioso.

Ya no sentí el peso de él en la cama, y lo siguiente que sentí fue un dolor intenso por un segundo en mi espalda, ahí donde había quedado un suave rastro de besos, había dado lugar una marca casi roja, y luego otra, y una más, yo gemí.

Estaba dándome latigazos en mi espalda, y eso era endemoniadamente excitante.

El aprovechaba esa situación increíblemente bien, y yo, por mi parte agradecí ser capaz de dejar salir algunos quejidos de mis labios, pues al parecer eso lo incitaba a pegarme más, el látigo dejaba marcas a cada roce con mi cuerpo, lo sentía e incluso ardía, mas no me importaba, incluso llegó el momento en que dejó de darme de latigazos para meter otro hielo dentro de mí.

Poco después dejó el látigo, y caminó hacia el lado de la cama donde podía hacer contacto visual conmigo, me le quedé mirando y me mordí los labios al ver lo que hacía; se estaba quitando el pantalón de una manera algo sensual, yo me mordí los labios, y él se dio cuenta.

Y así fue como lo vi desnudo, sentía mi cuerpo necesitado, y quería decirle que entrara, más lo perdí de vista de nuevo, esta vez, sentí como desataba mis tobillos y yo agradecí a ello, eso significaba que entraría en mí pronto, más cuando me dejó estirar las piernas supe que aún no era el momento.

Él, nuevamente dobló mis piernas, pero esta vez separadas, llegó el momento en que mi tobillo rozaba con mis muslos, y cuando fue así, las sujetó con la cuerda algo fuerte, e hizo lo mismo con la otra pierna, estaba totalmente abierto para él, estábamos los dos sonriendo, pero el aún me hizo esperar, pues la mano que tenía en la espalda la llevó por arriba de mi cabeza y la ató junto con la mano que tenía atada a la cama. Ahora sí, estaba a su disposición.

Más no era el momento.

Supe al fin lo que era ese líquido rojo que había vertido en mi cuerpo, cuando lo empezó a untar en mi miembro y en mi entrada, era un lubricante de efecto caliente, y cumplía con su maldita función pues mi cuerpo reaccionaba aún más fácil a sus caricias.

Metió sus dedos, estaba algo húmedo por los hielos que me había metido antes, pero el lubricante también ayudaba, no dolía, pero sí que calentaba, yo me sentía más que necesitado pero él no quería hacer nada más todavía. Dejó el lubricante y se incorporó, creí que ahora entraría, pero no, con la vara con tiras de cuero me empezó a recorrer mi entrepierna, no la azotaba pero si me daba tentación, poco después lo maldije porque esa vara era la que me metió.

No es que fuera muy grande o algo así, pero la giraba y esas tiras de cuero me tocaban deliciosamente, no mucho después me encontraba jadeando con mis ojos cerrados y rogándole porque siguiera haciendo aquello, razón por la cual me quejé cuando sentí que la sacó.

- Vaya… Es mejor de lo que esperaba –Logré escuchar que comentó, más solo gemí, pasaron segundos que se me hicieron una eternidad, pero  gracias a ello sentí aún más rico cuando tomó mi cadera se puso en posición y me embistió sin aviso, hasta el fondo.

Eso sí me dolió… Pero olvidé el dolor en cuanto el pelirrojo se empezó a mover a un ritmo acelerado, sabía moverse demasiado bien y cada vez sentía mejor su miembro llegar a hacerme sentir mejor, sujetaba parte de mi cuerpo pero ayudaba el hecho de que estaba totalmente abierto, realmente no había nada que le obstruyera el paso, el efecto del lubricante hacía su labor y sentía cada vez más calor.

Llegó a ir más lento, sin embargo, no dejaba de sentirse ese placer, pues al momento en que se detuvo se inclinó hacia a mí, me sonrió y me dio un beso que no tenía nada que ver con lo que hacía, era un beso demasiado tierno, como esos que se dan los primeros novios, me dejó tonto, no iba nada con la situación ni con lo que me había estado haciendo, sin embargo correspondí, creí que eso sería el final, pero tan pronto se separó una expresión más seria y lasciva apareció en su rostro.

Era el mejor sexo de mi vida, y sabía que de él también, estaba loco, no sabía cuánto tiempo había pasado, tampoco es que me importara, pero si sabía que era increíble, que era excitante y único, sus embestidas hacia mi eran certeras, dolían muy poco y realmente me hacían sentir mejor que nunca, mi cuerpo estaba llegando al merecido orgasmo.

Lo último que recuerdo de ese momento fue su suave voz, en un susurro: “increíble~”, fue lo que pronunció, antes de que cayésemos cansadísimos, en mi cama a dormir, lo dejé que me abrazara, todo mi cuerpo estaba marcado por sus azotes y las cuerdas que ahora se habían ido debajo de la cama, más no me importaba nada más, ahora solo su brazos estaban a mi alrededor.

A la mañana siguiente él no estaba, pero sonreí agradecido, sí, me dolía todo y creí que no me podría levantar, más las cosas cambiaron en cuanto me bañé, usé ropa cómoda y que no rozara mi cuerpo, por la tarde, mi esposo mandó un mensaje diciendo que regresaría al día siguiente, pero la verdad… Me alegré al encontrar la tarjeta de contacto del pelirrojo actor en el buró al lado de mi cama… Y cabe decir que ya nunca festejé algo con Keii.

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Yo llevaba 3 años sin escribir nada parecido a esto, no sé si este bien o mal xD pero eso ha salido~ gracias por leer ^^u
Realmente este fic lleva dedicatoria, pero mejor no menciono de quién se trata, esa persona lo sabe (?) xD pero ¡al fin lo hice! Lamento si no es lo que esperabas pero eso ha salido, y lo he hecho con mucho cariño para tí :D